
Salamanca es conocida por la belleza de su patrimonio. Edificios, monumentos y lugares en los que los histórico se entremezcla con lo legendario y que hacen que la estancia en la ciudad se convierta en una experiencia realmente mágica. Pero los alrededores de Salamanca, muchas veces menos conocidos por el turista, también ofrecen experiencia únicas. Y es que la región cuenta con parajes naturales de impresionante belleza que envuelven al viajero y que lo hacen sentirse transportado a otros lugares, alejado del bullicio de la vida urbana que muchas veces nos hace olvidar la estrecha relación que, desde tiempos inmemoriables, el ser humano ha mantenido con la naturaleza.
Estamos hablando, por ejemplo, del paraje natural de las Arribes del Duero, situado al noroeste de Salamanca, en la frontera con Portugal, a sólo 94 km de Hotel Regio (Salamanca). Un auténtico paraíso para los amantes del turismo en la naturaleza, donde los cursos de agua se alternan con las impresionantes masas boscosas que sirven de hábitat para multitud de especies animales. Pero si la vegetación nos ofrece paisajes de gran belleza, no menos lo hacen las cascadas. De hecho, estos saltos de agua se han convertido en las verdaderas protagonistas de este lugar, atrayendo cada año a miles de turistas que desean conocerlas a través de las diferentes rutas de senderismo que recorren el parque natural.