Situada al oeste de la provincia de Salamanca, a pocos kilómetros de la frontera con el vecino portugués, San Felices de los Gallegos es una preciosa localidad de apenas 500 habitantes, que se exteiende sobre el Parque Natural Arribes del Duero. Una localidad cuyos orígenes se remontan a la Prehistoria, pero que no sería fundada hasta el siglo VII, repoblada por habitantes de Galicia. De ahí su nombre. Por su carácter de ciudad fronteriza, su historia ha sido bastante convulsa, quedando inmersa en numerosas luchas de poder a lo largo de cientos de años, hasta que en el siglo XV los Reyes Católicos ceden la población a los Duques de Alba, que gobernaron en la zona hasta mediados del siglo XIX.
Debido a ello, la localidad cuenta con una impresionante riqueza monumental y patrimonial que no debes dejar de conocer si decides hacer una excursión por la zona. No en vano, forma parte de la Ruta de las Fortificaciones de Frontera. Y no sólo eso, sino que además se encuentra rodeada por bellísimos paisajes que invitan a sumergirse y que, sin duda, harán las delicias de los amantes de la naturaleza y de las actividades de turismo activo.
¿Qué ver en San Felices de los Gallegos?
El Castillo de San Felices de los Gallegos
Debido a su ubicación geográfica, San Felices de los Gallegos se ha visto inmersa en numerosos conflictos bélicos de frontera entre Castilla y Portugal, pasando a manos de una y otra corona en diversas ocasiones. Por esta razón, es una ciudad amurallada, que posee distintas construcciones defensivas, resultado de un largo proceso histórico.
El primer recinto que se conserva es la muralla que se levantó entre los siglos XII y XIII, una cerca de piedra con torres cuadradas de refuerzo que posteriormente fue completada con dos torres albarranas. Mientras que el segundo recinto lo constituye la muralla urbana, que supone una extensión de la anterior. Edificada bajo el gobierno del rey portugués Dinís. Cuenta con dos puertas, la del Puerto y la de Las Campanas. Esta última es una de las construcciones más antiguas de la localidad.
El conjunto amurallado queda complementado por el majestuoso castillo, construido en el siglo XV, que posee su propia barrera defensiva. Todavía se conserva la imponente Torre del Homenaje, que fue levantada por el I Duque de Alba. Actualmente acoge el Aula Arqueológica del Castillo. En ella es posible conocer todos los sucesos acaecidos en la fortaleza a lo largo de los siglos, a través de paneles informativos, maquetas, elementos interactivos, dibujos y reproducciones de armamento de la época, entre otros muchos. Pero además, merece la pena visitarlo solamente por poder disfrutar de las maravillosas vistas del Mirador de la Torre de todo el entorno que lo rodea. Una panorámica a más de 30 metros de altura que nos permite contemplar el doble recinto amurallado y el paisaje de las Arribes del Águeda, que rodean al casco urbano, con sus olivares y montes tapizados de encinas.
Casco antiguo de San Felices de los Gallegos
El casco antiguo de San Felices de los Gallegos está declarado Conjunto Histórico Artístico, siendo el epicentro de la localidad la Plaza de España. Una plaza de arquitectura puramente castellana, flanqueada por preciosas casas solariegas de piedra construidas en el siglo XIX, muchas de ellas con soportales.
En la Plaza de España se encuentran algunos de los edificios y monumentos más emblemáticos de la localidad, como el Ayuntamiento, la iglesia de Nuetsra Señora entre Dos Álamos, la Casa de los Mayorazgos y numerosos edificios religiosos.
Ayuntamiento
Construido en el siglo XVII, el Ayuntamiento se encuentra ubicado en lo que antiguamente fue la cárcel de la ciudad. Un fiel reflejo de la arquitectura popular castellana.
Iglesia de Nuestra Señora entre Dos Álamos
La iglesia parroquial de San Felices de los Gallegos data del siglo XII. No obstante, ha sido sometida a nuemerosas labores de reconstrucción, por lo que presenta elementos tanto del románico como del gótico, el renacimiento y el barroco.
Casa de los Mayorazgos
La Casa de los Mayorazgos es uno de los ejemplos más hermosos de arquitectura civil de la localidad. Durante la primera mitad del siglo XVII perteneció al caballero de la Orden de Santiago Don Francisco Sierra. El edificio es de piedra de sillería y llama la atención por el escudo que se encuentra en su fachada, donde se puede apreciar el águila de los mayorazgos y las flores de lis. No obstante, también son interesantes otros edificios civiles de la localidad como la alhóndiga y la casa de los señores del Ron.
Edificios religiosos
Entre los edificios religiosos, además de la propia iglesia parroquial, también merece la pena ver el Convento de las Agustinas de la Pasión, las ermitas de Nuestra Señora del Rosario y de Jesús Nazareno. Frente a esta última se encuentra el Verraco Vettón, una singular escultura de granito que fue construida en la Edad del Hierro y que es uno de los elementos más representativos de la cultura celtíberica. Actualmente son muy pocos los que se conservan en la Península.
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