Uno de los mayores tesoros de la provincia de Salamanca se encuentra en su variedad de comarcas, con paisajes, arte y gastronomía que diferencian a unas de otras. Lo que hace esta región única en España. Rutas en bici, senderismo, paseos en barco, cañones, miradores, ruta del mudéjar, visita a los castros, recorrido por las catedrales de La Armuña o una visita a los jardines históricos de la provincia forman parte de este recorrido que hoy queremos acercaros.
De hecho, conocer las formas de vida de sus gentes, disfrutar de sus paisajes y admirar sus tesoros artísticos es, sin duda, una de las maneras más auténticas de conocer la provincia. De corto, mediano o largo recorrido, las rutas puestas en marcha por la Diputación en los lugares más representativos de la provincia son una forma distinta de conectar con el paisaje y de disfrutar a cada paso de los caprichos de la naturaleza.
Los Senderos de Frontera son cuatro rutas de 30 km de longitud que tienen como punto de partida a comarca de Vitigudino. Todos ellos con atractivos muy interesantes desde el punto de vista cultural, etnográfico y medioambiental. Ideal para disfrutar en familia de los bellos rincones del Parque Natural de Arribes del Duero. Una enorme ventana al río Duero que permiten conocer sin prisas el sur de la comarca de Las Arribes, recorriendo os increíbles parajes y los encantadores pueblos de la zona.

Sendero del Aceite
Este sendero discurre entre campos de olivos y almendros, permitiendo disfrutar del precioso paisaje que hay entre San Felices de los Gallegos y Ahigal de los Aceiteros. Un paisaje modelado por el aceite de oliva, por su cultura y por las huellas que ha dejado en los habitantes de estos pueblos.
Una ruta circular de unos 11,5 km que puede hacerse incluso con niños, ya que no entraña ninguna dificultad. Y es que transcurre por senderos suaves sin apenas pendientes. Molinos centenarios, fuentes de piedra medievales, encantadores puentes, el Museo del Lagar del Mudo y la Almazara de Ahigal de los Aceiteros son sólo algunos de los puntos más atractivos que podrás ver a lo largo del recorrido.
Sendero de los Frutos
Otra de las rutas que hacen las delicias de aquellos que disfrutan del contacto con la naturaleza más salvaje y admirando la flora y fauna. Podrás contemplar el vuelo de aves como el águila perdicera, el buitre leonado o el alimoche y las increíbles Arribes del río Águeda a su paso por Ahigal de los Aceiteros, en sus 9 km. Desde Ahigal hasta el paraje de La Carrasquera, un camino de ida y vuelta fácil de caminar que discurre entre cortinas y cotos dedicados a los cultivos tradicionales y al pastoreo, hasta las proximidades del valle abrigado del río Águeda.
Un sendero que ha sido diseñado para disfrutar y comprender el espacio natural como una pequeña síntesis del paisaje arribereño. A lo largo del camino podrás descubrir los cultivos y frutos silvestres que han sido y siguen siendo la esencia de la vida de este territorio, junto con la labor del hombre para convertir el agreste paisaje en terreno humanizado y fértil.
El Sendero de las Piedras Mágicas
En el entorno de la localidad de La Redonda se encuentra el tercero de los Senderos de Frontera. Una ruta circular de 9 km que discurre por los alrededores de la localidad de La Redonda, donde podrás disfrutar de un paisaje sencillo, pero de una belleza única a la que la imaginación del hombre, la historia y la tradición popular han añadido un guiño de misterio y ciertas dosis de efectos mágicos.
Pero también podrás disfrutar de un rico patrimonio arquitectónico compuesto por una colección de piedras milenaria, ungidas por el tiempo y las propiedades que el hombre les ha concedido, como el dolmen de los Pedazos de la Mata, los restos de una calzada romana, puentes, pontones, lanchas, fuentes y enterramientos. Pero también de otros lugares que conservan el recuerdo de la vida cotidiana, como el lavadero y el chozo de las lavanderas.
Sendero de La Barca
Por último, el Sendero de La Barca ofrece un itinerario circular de unos 5 km aproximadamente que discurre por el entorno de Vilvestre, deleitando a los senderistas con algunas de las panorámicas más espectaculares de Las Arribes del Duero y de toda la provincia de Salamanca. Lleno de subidas y bajadas que obligan al caminante a hacer algunos pequeños esfuerzos que se ven recompensados por la impresionante belleza del paisaje y por la historia del camino.
El camino, que discurre entre huertas y cortinas, recorre algunos de los senderos usados en la antigüedad por carreteros y arrieros, negociantes y contrabandistas que llevaban sus mercancías hasta Portugal, cruzando la frontera fluvial entre ambos países. Y que también transportaron ideas, lenguajes y esperanzas.