• Jul
  • 09
  • 2019

Senderos de Frontera: déjate llevar por la magia de las Arribes

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Uno de los mayores tesoros de la provincia de Salamanca se encuentra en su variedad de comarcas, con paisajes, arte y gastronomía que diferencian a unas de otras. Lo que hace esta región única en España. Rutas en bici, senderismo, paseos en barco, cañones, miradores, ruta del mudéjar, visita a los castros, recorrido por las catedrales de La Armuña o una visita a los jardines históricos de la provincia forman parte de este recorrido que hoy queremos acercaros.

De hecho, conocer las formas de vida de sus gentes, disfrutar de sus paisajes y admirar sus tesoros artísticos es, sin duda, una de las maneras más auténticas de conocer la provincia. De corto, mediano o largo recorrido, las rutas puestas en marcha por la Diputación en los lugares más representativos de la provincia son una forma distinta de conectar con el paisaje y de disfrutar a cada paso de los caprichos de la naturaleza.

Los Senderos de Frontera son cuatro rutas de 30 km de longitud que tienen como punto de partida a comarca de Vitigudino. Todos ellos con atractivos muy interesantes desde el punto de vista cultural, etnográfico y medioambiental. Ideal para disfrutar en familia de los bellos rincones del Parque Natural de Arribes del Duero. Una enorme ventana al río Duero que permiten conocer sin prisas el sur de la comarca de Las Arribes, recorriendo os increíbles parajes y los encantadores pueblos de la zona.

Sendero del Aceite

Este sendero discurre entre campos de olivos y almendros, permitiendo disfrutar del precioso paisaje que hay entre San Felices de los Gallegos y Ahigal de los Aceiteros. Un paisaje modelado por el aceite de oliva, por su cultura y por las huellas que ha dejado en los habitantes de estos pueblos.

 Una ruta circular de unos 11,5 km que puede hacerse incluso con niños, ya que no entraña ninguna dificultad. Y es que transcurre por senderos suaves sin apenas pendientes. Molinos centenarios, fuentes de piedra medievales, encantadores puentes, el Museo del Lagar del Mudo y la Almazara de Ahigal de los Aceiteros son sólo algunos de los puntos más atractivos que podrás ver a lo largo del recorrido.

Sendero de los Frutos

Otra de las rutas que hacen las delicias de aquellos que disfrutan del contacto con la naturaleza más salvaje y admirando la flora y fauna. Podrás contemplar el vuelo de aves como el águila perdicera, el buitre leonado o el alimoche y las increíbles Arribes del río Águeda a su paso por Ahigal de los Aceiteros, en sus 9 km. Desde Ahigal hasta el paraje de La Carrasquera, un camino de ida y vuelta fácil de caminar que discurre entre cortinas y cotos dedicados a los cultivos tradicionales y al pastoreo, hasta las proximidades del valle abrigado del río Águeda.

Un sendero que ha sido diseñado para disfrutar y comprender el espacio natural como una pequeña síntesis del paisaje arribereño. A lo largo del camino podrás descubrir los cultivos y frutos silvestres que han sido y siguen siendo la esencia de la vida de este territorio, junto con la labor del hombre para convertir el agreste paisaje en terreno humanizado y fértil.

El Sendero de las Piedras Mágicas

En el entorno de la localidad de La Redonda se encuentra el tercero de los Senderos de Frontera. Una ruta circular de 9 km que discurre por los alrededores de la localidad de La Redonda, donde podrás disfrutar de un paisaje sencillo, pero de una belleza única a la que la imaginación del hombre, la historia y la tradición popular han añadido un guiño de misterio y ciertas dosis de efectos mágicos.

Pero también podrás disfrutar de un rico patrimonio arquitectónico compuesto por una colección de piedras milenaria, ungidas por el tiempo y las propiedades que el hombre les ha concedido, como el dolmen de los Pedazos de la Mata, los restos de una calzada romana, puentes, pontones, lanchas, fuentes y enterramientos. Pero también de otros lugares que conservan el recuerdo de la vida cotidiana, como el lavadero y el chozo de las lavanderas.

Sendero de La Barca

Por último, el Sendero de La Barca ofrece un itinerario circular de unos 5 km aproximadamente que discurre por el entorno de Vilvestre, deleitando a los senderistas con algunas de las panorámicas más espectaculares de Las Arribes del Duero y de toda la provincia de Salamanca. Lleno de subidas y bajadas que obligan al caminante a hacer algunos pequeños esfuerzos que se ven recompensados por la impresionante belleza del paisaje y por la historia del camino.

El camino, que discurre entre huertas y cortinas, recorre algunos de los senderos usados en la antigüedad por carreteros y arrieros, negociantes y contrabandistas que llevaban sus mercancías hasta Portugal, cruzando la frontera fluvial entre ambos países. Y que también transportaron ideas, lenguajes y esperanzas.

  • Jul
  • 02
  • 2019

Ruta micológica entre Montemayor del Río y El Cerro

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El senderismo es una de las actividades más populares entre los viajeros que visitan los parajes naturales de Salamanca. Una actividad que afecta a un amplio segmento de la población, como grupos de amigos, familias con niños, jóvenes o senior. En la provincia existen interesantes rutas que unen el senderismo con la micología dada la gran variedad de hongos que pueden encontrarse en la zona. Muchos de ellos aún por descubrir. Los hongos comestibles representan uno de los productos más apreciados en la gastronomía de la región, siendo uno de los mayores recursos turísticos que está potenciando la Diputación Provincial.

Toda la Sierra de Francia está llena de senderos por los que podrás caminar y recoger setas. En la Casa del Parque de las Batuecas – Sierra de Francia te darán toda la información que necesites.

Recientemente se ha abierto al público la ruta micológica entre las poblaciones de Montemayor del Río y El Cerro, un precioso sendero circular que discurre entre castaños y robles, en plena Sierra de Béjar. Un camino bien señalizado de unos 9 km aproximadamente que puede recorrerse sin mucho esfuerzo, ya que solamente cuenta con un desnivel de 400 metros. El grado de dificultad es medio y puede recorrerse en unas tres horas aproximadamente.

Con este itinerario da comienzo la marca «Senderos Micológicos Salmantinos», que tendrá continuidad con otros tres que se crearán en las zonas turístico-micológicas de la Sierra de Francia, Quilamas y El Rebollar. Todos ellos tienen en común la resaltación de los recursos naturales más identificativos de la zona, impulsar el senderismo y favorecer el desarrollo local.

Gracias a ello, los aficionados a la recogida de setas no solamente pueden descubrir cosas relacionadas con la micología, sino también conocer espacios y poblaciones menos conocidos de la provincia, pero que poseen recursos turísticos de gran atractivo. Una zona que enamora por la autenticidad y por la exuberancia de sus bosques.

Esta ruta micológica por las Sierras de Salamanca acerca al turista al fascinante Reino de los Hongos. A lo largo del recorrido, podrás aprender muchas cosas sobre estos seres indispensables para nuestro planeta. Un universo repleto de texturas, colores, sabores y olores deliciosos.

En el primer tramo, que va desde Montemayor por la Cañada Real Soriana Occidental y de la Plata se concentra el sendero interpretativo de los Hongos, que dispone de siete paneles sobre el tema micológico.

En El Cerro, el protagonista es el castaño, encontrando otros cuatro paneles explicativos sobre ello. Los bosques de castaños sirven de materia prima para la actividad artesanal más representativa de este territorio: la cestería y otro de sus atractivos para los visitantes. Algunos de estos árboles son de los más antiguos que pueden encontrarse en la provincia de Salamanca, llegando en algunos casos a alcanzar los 1.000 años de edad.

En los alrededores de la localidad, en las cercanías del venerable Roble Jerreño, se localiza el mirador de los senderos micológicos, desde donde es posible disfrutar de una magnífica panorámica a más de 1.000 metros de altitud de las sierras del sur de la provincia de Salamanca, que llegan hasta la misma frontera con Portugal. Pero también merece la pena hacer una visita a las encantadoras poblaciones de Montemayor y El Cerro, donde además de admirar sus edificios de arquitectura tradicional, podrás aprovechar para reponer fuerzas mientras te deleitas con los manjares de la gastronomía local.

Hasta no hace muchos años, la recogida de setas era una actividad limitada a los habitantes de los pueblos rurales de la zona en sus salidas al campo, mientras paseaban por los senderos otoñales y los bosques. En la actualidad, esta bucólica experiencia puede ser vivida por cualquier urbanita que se precie. Lo único que se necesita es llevar calzado y ropa cómoda, una navaja y una cesta de mimbre. Eso sí, en algunas zonas es necesario pagar una pequeña tarifa para obtener el permiso de recolección de setas.

Además, si no tienes conocimientos en micología, es recomendable que vayas con un guía que te indique qué setas u hongos son comestibles y cómo cortarlos para que vuelvan a crecer al año siguiente. Obviamente, algunos hongos son tóxicos, pero tomando cierta preocupaciones, la recogida de setas puede ser una de las actividades más bellas y relajantes que se pueden hacer en otoño.

Por otro lado, debes saber que durante el mes de noviembre se organizan en los municipios del Oeste Salmantino las Jornadas Gastronómicas – Micológicas para dar a conocer la gastronomía típica de la zona a base setas y hongos. Un producto muy valorado por los chefs más célebres del país. Siendo especialmente apreciados los buscadísimos «boletos» o, como los llaman en la sierra, «seta de roble» y «seta de castaño» (Boletus edulis y Boletus pinophilus), también presentes en pinares. Son muchos los restaurantes y establecimientos que se adhieren a esta iniciativa y donde podrás disfrutar de este delicioso manjar.

  • Jun
  • 28
  • 2019

Bletisa, la ciudad romana de Ledesma

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La historia de Ledesma es la historia de todos los pueblos y culturas que se han asentado en su solar fortificado, dominando las tierras bañadas por el río Tormes. Siendo uno de los 14 municipios de la provincia de Salamanca declarados Conjuntos Históricos, incluyendo la capital, que ostenta el título de Patrimonio de la Humanidad. Distribuidos por toda la región, cada uno de ellos nos aguarda con su historia, y entre todos ellos crean una atractiva ruta para descubrir. En esta ocasión hemos elegido Ledesma y su maravilloso Conjunto Histórico.

Sobre una colina horadada por el curso del río, se asienta la antigua Bletisa romana, con interesantes vestigios como el bellísimo Puente Mocho. De épocas anteriores, se conservan el verraco, en los jardines de la Fortaleza, y un impresionante menhir. De sus templos, destaca la iglesia de Santa María la Mayor, una de las mejores obras góticas de toda la provincia, con un interesante museo de arte sacro en su interior. Pero también vale la pena visitar la iglesia de Santa Elena, la Alhóndiga, el antiguo Hospital de San José y varias mansiones señoriales.

Sin olvidar, por supuesto, la preciosa iglesia de San Miguel, sede del actual Centro de Interpretación Histórica de Bletisa. Un valioso espacio patrimonial donde podrás descubrir los secretos y misterios de la localidad, conociendo sus rincones, comprendiendo el pasado y saboreando su presente.

Desde la Prehistoria hasta la Edad Moderna, este Centro de Interpretación sumerge al viajero en un fascinante recorrido por la Historia a través de numerosos recursos audiovisuales e interactivos que convierten la visita en una experiencia muy atractiva y divertida. Y es que cada rincón del montaje ayuda al visitante a conocer todo lo relacionado con la cultura de las civilizaciones que han vivido en la zona, con reproducciones de objetos y personajes virtuales que van informando sobre las curiosidades del pasado. Con datos relacionados tanto con su patrimonio cultural como natural y etnográfico de la región noroeste de la provincia de Salamanca. Una propuesta innovadora que presenta el paisaje, las vivencias y los anhelos de los habitantes de la zona.

¿Qué visitar en Ledesma además de Bletisa?

Casco antiguo de Ledesma

La renovación urbana llevada a cabo en el casco histórico de Ledesma ha permitido poner de relieve el importante valor de su legado histórico, que resulta ya evidente al pasear por sus calles y contemplar sus bellísimas fachadas. En el casco antiguo existe una ruta bien señalizada con la que disfrutarán tanto los adultos como los niños pequeños. Un itinerario que discurre por los lugares más representativos del centro histórico y que permite admirar la riqueza del patrimonio del Conjunto Histórico. Una ruta que pone al visitante en relación con el entorno, el contexto cultural, social e histórico.

El recorrido es circular y fácil de seguir, pudiéndose acceder desde cualquier punto de la localidad, aunque lo más recomendable es empezar en la calle San Miguel, después de haber visitado el Centro de Interpretación. La señalización, que puede seguirse tanto en español como en inglés y en francés a través de códigos QR, ofrece a los visitantes información de gran interés sobre el valor de los recursos patrimoniales seleccionados.

Paseo de Alonso Andrea

Situado en el casco antiguo de Ledesma, dentro de recinto amurallado, este itinerario combina renovados jardines con zonas de descanso. Un lugar privilegiado por las impresionantes vistas que ofrece de la localidad y de su entorno: el cortado, el río, la ermita de la Virgen del Carmen, los puentes… y un poco más allá el paisaje típico de la dehesa salmantina, uno de los ecosistemas mediterráneos mejor conservados y más sostenibles. Como curiosidad, decir que Alonso Andrea fue un personaje natural de la villa que, según dice, se enfrentó a los piratas ingleses que saqueaban a la población de Caracas con un caballo flaco y una armadura oxidada. Algunos aseguran que este fue realmente el personaje que terminaría inspirando El Quijote.

Ruta del Puente Mocho

Una bellísima ruta que discurre por el paisaje adehesado que rodea la localidad de Ledesma. Dominado por un frondosos bosque de encinas centenarias sobrevoladas por milanos negros, buitres leonados, cigüeñas negras y cernícalos. Una de las vías históricas de la Tierra de Ledesma, conocida como la ruta Bletisama Ocelo-Duri, que conectaba Zamora con Coria y que, a su paso por la villa, atraviesa el Puente Mocho. De origen romano y recientemente restaurado, fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 2000 junto con los restos de calzada romana que se conservan a ambos lados.

Taller de artesanía

Una espectacular colección de miniaturas, historias ilustradas, cajas de música, objetos tradicionales, antigüedades y piezas de arte realizadas con técnicas decorativas como pirograbado y color, calado, talla pastoril e incrustación. Allí podrás descubrir no sólo cómo se realizan este tipo de trabajos, sino también algunas de las tradiciones de la zona, y ver utensilios con los que se trabajaba en el pasado y que inspiraron estas creaciones.

  • Jun
  • 18
  • 2019

Las Catedrales de La Armuña (Salamanca): auténticas joyas escondidas 

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La Armuña es una región dominada por campos de cereales que se extiende por el norte y el este de la capital salmantina. Un territorio donde la vista se pierde en el horizonte, quedando solamente interrumpido por las siluetas de sus maravillosas iglesias.

En cada uno de los pueblos de esta comarca se esconde una pequeña catedral cuyo campanil puede divisarse desde la distancia. Desde Aldeanueva de Figueroa hasta Villaverde de Guareña, más de 30 posibles citas nos esperan para sorprendernos con su impresionante fábrica de arquitecturas, con su delicada imaginería, con sus increíbles retablos o con las delicadas pinturas que cubren sus muros. Y entre todas ellas destacan tres, conocidas como las Catedrales de La Armuña, tanto por su impresionante belleza y valor histórico como por los espectaculares tesoros artísticos que albergan en su interior.

Estas tres Catedrales de La Armuña constituyen el mejor umbral de entrada de una comarca de caminos sencillos de llevar y cuyo lejano horizonte se interrumpe con las iglesias en cuyo entorno se agrupan diferentes caseríos. Unas más orgullosas y otras más modestas, todas esconden algún tesoro digno de ser descubierto, empezando por los de Aldearrubia, Castellanos de Moriscos, Forfoleda y Torresmenudas, distinguidos en su día, también, con la máxima distinción de protección otorgada por la Junta de Castilla y León para sus bienes patrimoniales, y acabando con cualquier otro con en el que nos podamos encontrar.

Estas tres Catedrales de La Armuña constituyen el mejor umbral de entrada de una comarca de caminos sencillos de llevar y cuyo lejano horizonte se interrumpe con las iglesias en cuyo entorno se agrupan diferentes caseríos. Unas más orgullosas y otras más modestas, todas esconden algún tesoro digno de ser descubierto, empezando por los de Aldearrubia, Castellanos de Moriscos, Forfoleda y Torresmenudas, distinguidos en su día, también, con la máxima distinción de protección otorgada por la Junta de Castilla y León para sus bienes patrimoniales, y acabando con cualquier otro con en el que nos podamos encontrar.

San Silvestre (Villares de la Reina)

La primera catedral se encuentra muy cerca de la capital, en la preciosa localidad de Villares de la Reina. Se accede al interior desde una magnífica portada, que merece la pena unos minutos de deleite. Su planta tiene forma de cruz latina y destaca por los espectaculares retablos que visten el altar mayor, los muros de la nave central y los brazos del crucero, obra de Juan Hernández y Fernando Gallego. Mientras que las esculturas son obra de Bernardo Pérez de Robles ‘el Indiano’.

Sus paredes, marcados por las estaciones del Vía Crucis, empiezan y terminan un itinerario que acaba en la portada protobarroca de principios del siglo XVII, presidida por la talla de San Silvestre, santo titular y patrono de la localidad.

Con una perfecta adaptación del marco, el templo queda articulado en un único cuerpo de tres calles, diferenciadas por un ático en el que se muestra el hermoso Calvario flanqueado por los santos arcángeles Miguel y Gabriel, y por pares de columnas salomónicas. Sobre él, encontramos una impresionante bóveda de medio cañón donde se contempla la Gloria, pintada por Domingo Nieto a finales del siglo XVII, distribuida en círculos con ángeles músicos, querubines y santos que rodean a las tres figuras de la Santísima Trinidad y a la de la Virgen Mediadora.

Villaverde de Guareña

Un templo de marcado carácter renacentista, pues fue construido en el siglo XVI. Declarado Bien de Interés Cultural en 1993, destaca por su maravillosa portada, con recuerdos del gran Rodrigo Gil de Hontañón. Cuenta con una sola nave y se encuentra adornada con un impresionante retablo organizados en seis calles. La arquitectura de su nave permite la visión limpia de su cabecera rectangular, donde se levanta un precioso retablo de la segunda mitad del siglo XVIII en el que podemos ver numerosas imágenes y pinturas. Ensamblado por González Ramiro en las primeras décadas del XVI.

Vale la pena dedicar unos minutos a deleitarse con la bellísima imagen gótica del Cristo de Sordos, por el que los habitantes de la zona sienten una gran devoción.

La Santa Cruz (Palencia de Negrilla)

Con cubierta de estilo mudéjar y otros elementos propios del románico, este bellísimo templo alcanzó su máximo esplendor en el siglo XVI. Es precisamente en esta fecha cuando se creó el fabuloso retablo de la Exaltación de la Cruz. Pinturas sobre tabla y maravillosas esculturas que crean una imagen muy armoniosa, siendo considerado como uno de los más hermosos de toda la provincia de Salamanca. Contiene 16 tablas pintadas con escenas del Evangelio y de la Invención de la Cruz, otras 12 de menor tamaño con figuras de santos y Padres de la Iglesia, 11 esculturas de bulto redondo doradas y estofadas, un Calvario en el ático y dos en la calle central más los que adornan el banco.

Pero también pueden admirarse otros tres retablos, el mayor y otros dos ubicados a ambos lados del arco triunfal que llaman la atención. Muy cerca se sitúa el magnífico Cristo de la Piedad del siglo XIII, de gran devoción en la región. Debajo de la cubierta mudéjar, se encuentra el retablo principal, realizado por Juan de Montejo y Antonio González a mediados del siglo XVI.

En el siglo XVII se llevaron a cabo algunas labores de restauración que dejaron en el templo algunos elementos de estilo rococó, como aletones en el ático, tabernáculo de cristales y guardapolvos en los laterales.

  • Jun
  • 11
  • 2019

El Sendero del Aceite de San Felices de los Gallegos (Salamanca)

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El Sendero del Aceite es una ruta circular de unos 11 km que conecta el conjunto histórico de San Felices de los Gallegos con el pueblo de Ahigal de los Aceiteros, el único de España cuyo nombre hace referencia al aceite. Un bellísimo recorrido que transcurre por terrenos suaves, sin apenas pendientes, protegido por olivos y almendrales, salpicados por fuentes de piedra medievales, puentes barrocos y molinos centenarios. Muy sencillo de caminar, por lo que puede hacerse incluso con niños, de cara a introducirlos en el senderismo.

Un paisaje modelado por el aceite de oliva, por su cultura y por las huellas que las distintas culturas que se han asentado en la zona han ido dejando al paso de los siglos. Con el aceite siempre como protagonista. Un lugar que lleva varios siglos contando la historia de la relación del ser humano con uno de los árboles que le han acompañado desde los albores de la agricultura, el olivo.

Pasearás entre cortinas y cotos dedicados al pastoreo y a los cultivos tradicionales de Las Arribes del Duero hasta las cercanías del valle abrigado del río Águeda, donde el paisaje se va volviendo más agreste. Allí empieza un bosque cerrado de carrascos que llega hasta el final del camino, un sitio ideal para deleitarse con la belleza de los paisajes de Las Arribes. Observando la naturaleza en su estado más salvaje y perdiendo la vista en el cielo, desde donde el buitre leonado, el águila azor y el alimoche vigilan este silencioso valle.

Un camino diseñado para disfrutar y comprender este espacio natural como una pequeña síntesis del paisaje arribeño. Durante el recorrido irás descubriendo los frutos silvestres y cultivados que han sido durante cientos de años la esencia de la vida de estas tierras, junto a los esfuerzos del hombre para transformar este agreste paisaje en terreno fértil y humanizado.

Si además viajas entre noviembre y diciembre, podrás ver en primera persona cómo se lleva a cabo la recolección de la aceituna. Desde los métodos tradicionales del vareo a un sistema moderno de vareados y, por último, un sistema monitorizado. Incluso, si quieres disfrutar de la experiencia completa, seguro que alguno de los agricultores te deja su vara para que te desesteres un poco.

Las almazaras de Ahigal de los Aceituneros y San Felices de los Gallegos

Además de disfrutar del propio Sendero del Aceite, si eres amante del oro líquido, no puedes dejar de visitar el pueblo de Ahigal de los Aceiteros, donde se están recuperando los antiguos olivares centenarios para conseguir una producción de aceites de oliva virgen extra de gran calidad. Para la elaboración de este aceite, desde el año 2010 existe una almazara que funciona a modo de cooperativa que ha conseguido la certificación de almazara ecológica.

Al igual que ocurre con la uva, la aceituna se recoge y debe llevarse cuanto antes a moler. De lo contrario, se estropea, impidiendo que se pueda disfrutar del mejor aceite de oliva. En la almazara podrás ver  todo el proceso de producción con las aceitunas que se van recogiendo cada día cuando es la temporada.

El proceso de extracción del aceite de es bastante sencillo. La aceituna se echa en una tolva, donde pasa una máquina parecida a la despalilladora de uva para limpiarla de las impurezas. Después se muele y se pasa por una prensa en frío, que extra el aceite de oliva virgen de primerísima calidad. Luego, pasa por unos filtros y se lleva rápidamente a unos depósitos de acero inoxidable, en una sala completamente a oscuras. De esta manera, el aceite queda estabilizado. Se recomienda que sea consumido en los siguientes dos años, ya que después de este tiempo se inicia la pérdida de sus mejores propiedades organolépticas.

Pero también es posible visitar otra almazara en la localidad de San Felices de los Gallegos. Una antigua almazara restaurada que es una buena alternativa si no has visto la de Ahigal de los Aceiteros. Se trata de un museo llamado «Lagar del Mudo» y su proceso de restauración le valió una medalla Europa Nostra en el año 2002. En él podrás conocer la historia del olivo y del aceite mediante diferentes recursos.

A través de distintas salas, podrás realizar un fascinante recorrido por el mundo de la aceituna desde que es recogida hasta que se convierte en el preciado aceite. Desde el patio, donde se depositaba la oliva en «lagaretas», pasando por el proceso de prensado y la extracción en el molino, hasta su conservación en las tinajas. Además, podrás ver objetos relacionados con el mundo del aceite y sus usos, como cestas, vasijas, candiles y hasta una tartana. Al finalizar, podrás entrar a la tienda del museo, que cuenta con una gran variedad de productos típicos de la zona.

  • Jun
  • 04
  • 2019

El Museo Legado Valeriano Salas de Béjar (Salamanca)

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El Museo Valeriano Salas se encuentra emplazado en el claustro del antiguo convento de San Francisco de la ciudad de Béjar, a sólo 75 km de Hotel Regio (Salamanca). Ubicado concretamente en la calle Ronda de Navarra. Este edificio de principios del siglo XIV es uno de los más emblemáticos y de mayor valor histórico de la ciudad. Uno de los más importantes y antiguos de la Orden Franciscana de toda la parte occidental de España. En el pasado fue Hospital Militar, Cuartel de la Guardia Civil, Casa de Caridad, Instituto de Segunda Enseñanza, y Escuela Industrial.

En su interior alberga una interesantísima colección compuesta por objetos traídos de todos los rincones del mundo que constituyen el legado de Valeriano Salas a la ciudad, donados por su esposa, Doña María Antonia Tellechea, en 1966, cuatro años después de su muerte. Una impresionante muestra de unas 250 piezas de arte, porcelanas, miniaturas, grabados, esculturas, pinturas y códices de distintos autores.

El año pasado fue el museo de Béjar que más creció en número de visitas, pasando de 681 visitantes en el año 2017 a 1.249 en 2018. Un aumento que está muy relacionado con el Fuero de Béjar, restaurado y expuesto durante ese año y que estuvo exhibido varios meses en el museo.

¿Quién fue Valeriano Salas?

Valeriano Salas fue un hombre inquieto, viajero y fotógrafo incansable que, que sentía un gran amor por el arte y el patrimonio. En sus viajes por el mundo recorrió buena parte de Europa y África, pero también países como la India, Japón e Irán, donde adquirió la mayor parte de las obras que hoy pueden contemplarse en el museo.

Nació el 23 de enero de 1898 en Béjar, pero pronto se mudaría con su familia a San Sebastián, donde cursó sus estudios y contrajo matrimonio con María Teresa Tellechea Otamendi. Su vida podría haber pasado desapercibida si no fuera por sus ansias de conocer mundo y de coleccionar obras de arte. Así pues, decidió hacer las maletas y viajar por cuatro de los cinco continentes del planeta, sólo le quedó Oceanía.

En sus viajes fue comprando piezas de incalculable valor artístico, logrando reunir la fabulosa colección que hoy podemos admirar en este museo. A ella se suman también otras muchas adquisiciones en subastas y anticuarios, haciéndose con obras de tanta importancia como la «Visión fantástica de una ciudad antigua», obra del gran maestro flamenco Marten van Valckenborch, que han sido cedidas en diversas ocasiones a museos tan relevantes como el Thyssen Bornemisza.

Pero también fue tomando fotografías de todas partes que le ayudaron a ilustrar los artículos y reseñas de sus aventuras viajeras. Por ejemplo, en el año 1930 recorrió el Desierto del Sáhara en un Fiat en compañía de su mujer y de un mecánico. Debido a ello, fue nombrado Director del Archivo Fotográfico Hispánico en 1947. Y en 1938 fundaría la Revista Geográfica Española, el origen hispano del National Geographic, y junto a unos amigos, fundó la Asociación Española de Amigos de los Castillos.

Falleció el 2 de abril de 1962, dejando especificado en su testamento su deseo de que toda su colección de arte fuera legada al Ayuntamiento de Béjar, la ciudad que le había visto nacer.

El Museo Valeriano Salas

El legado de Valeriano Salas formó parte del Museo de Béjar desde el año 1966 hasta 1972, quedando expuesto dentro del Palacio Ducal. Siendo trasladado desde entonces al edificio en el que hoy se ubica.

La colección se encuentra ordenada en varias secciones: pintura europea, pintura española del siglo XIX, manufacturas europeas y arte oriental. En la sección de la pintura europea podemos encontrar obras de distintas escuelas, como la francesa, la holandesa flamenca y la alemana, de los siglos XVI y XIX.

Además, en la primera sala del museo también podemos encontrar una espectacular muestra de pintura española del siglo XIX, entre las que destaca el cuadro titulado «A mi Clotilde», que data de 1896, cuyo autor es el valenciano Joaquin Sorolla y el paisaje de Fuenterrabia de Gonzalo Bilbao.

Completan la sala distintas figuras y objetos de arte oriental. Una de las colecciones más importantes de la región, con antiguos manuscritos iluminados de origen hindú y persa de los siglos XIII y XIV, piezas de carácter sunturario, artes aplicadas y algunas esculturas de distintos países asiáticos.

En la segunda sala, podemos contemplar diversos muebles, pinturas y objetos de arte. Incluyendo la colección de esmaltes de Limoges y porcelanas de Sèvres, junto a marfiles y bordados. Considerado como lo mejor de la colección de artes industriales.

Información sobre el precio, el horario y la entrada al museo

  • Entrada: general: 1,50 €. Reducida (jubilados, carnet joven, grupos de más de 10 personas): 1 €/persona. Gratuita: menores de 12 años acompañados.
  • Horario: de 18.00 a 20.30 h.
  • Tipo de visita: libre, opción de visita guiada gratuita para grupos de más de 10 personas.
  • May
  • 24
  • 2019

El Cementerio de Arte de Morille: el único para obras de arte

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El Cementerio de Arte de Morille  es el único de nuestro país en el que no se entierran cadáveres, sino que es el lugar donde el arte encuentra su último descanso. Ubicado a sólo 24 km de Hotel Regio (Salamanca), fue fundado en el año 2005 de la mano de los artistas Javier Utray y Domingo Sánchez con el objetivo  de enterrar  obras de gran valor artístico o relacionadas con el arte de vanguardia.

La idea surgió en París en el año 2001. Después de fallecer el filósofo Pierre Klossowski, Domingo Sánchez estaba intentando encontrar un lugar para enterrar sus cenizas. Tras hablar con el alcalde de Morille, que le comentó que quería hacer cosas en el pueblo, y con Javier Utray, entendió que había encontrado el lugar perfecto para enterrar las cenizas del filósofo, comentándole su intención de montar un cementerio de arte allí, a lo que el Ayuntamiento estuvo bastante receptivo.

Un proyecto complejo, plural y ambiguo que, para algunos, constituye un museo-mausoleo de un centro de arte subterráneo, para otros un depósito permanente de arte y para otros un museo-cóncavo. Todo un referente de las vanguardias artísticas en España y el único que existe para enterrar obras de arte. Quedando integrado dentro de la Red Mouseion: Plataforma Transfronteriza de Museos.

La gran variedad de puntos de vista es precisamente lo que coloca a este singular cementerio en un cruce de caminos que discute la esencia misma de la creación artística, su función social y su naturaleza, entre otros aspectos, no quedando exenta de una obvia dimensión crítica en lo que respecta a los pilares de la museística actual. Pero es la gran repercusión del proyecto lo que ha despertado un gran interés tanto entre el público en general como especializado.

En él han participado artistas de la talla de Fernando Arrabal, Isidoro Valcárcel Medina, Germán Coppini o José Luis Coomonte. Y de todas las obras que podemos encontrar, destaca la de el enterramiento de las cenizas del filósofo Pierre Klossovski, creada por Domingo Sánchez Blanco, y la del enterramiento de un Pontiac Gran Prix de 1972, realizado por Javier Utray. Este último fue soterrado en un hoyo de hormigón en el terreno, en una sobria ceremonia con la que se dio por inaugurado el cementerio. Hay que mencionar que el coche había servido de inspiración para algunas de las obras de Javier Utray, por lo que de algún modo se encontraba estrechamente unido al arte de vanguardia. Sobre su lápida puede leerse: «P.I.P. on TIAK. La grand prix. En escribir una lápida se le va media vida a uno. Duro marmolillo».

Pero no solo el Poniac Grand Prix y las cenizas del Pierre Klossovsi tuvieron su ceremonia, sino que cada uno tiene su propio funeral, siempre marcado por un tono serio, pero con un toque humorístico y, en algunos casos, extravagante. Uno de los más mediáticos fue el de Vicente del Bosque, que protagonizó el enterramiento de una camiseta y un balón de la Selección Española de Fútbol. Pero si hablamos de soterramientos surrealistas, el que se lleva la palma es del del escritor y Premio Nacional de Teatro Fernando Arrabal, que decidió enterrar un libro manuscrito como homenaje al filósofo francés Baruch De Spinoza en el año 2009, expresando además en ese momento su deseo de que sus cenizas fueran enterradas en el Cementerio de Arte de Morille.

Actualmente, la gestión del lugar está en manos de una Gestora formada por el Ayuntamiento de la localidad, Domingo Sánchez Blanco, inspirador, ideólogo y principal activista del proyecto, la Universidad de Salamanca y la Asociación Cultural El Zurguén de Morille. A lo que se añade la generosa colaboración de entidades y personalidades relacionadas con el mundo de la cultura, el arte y la ciencia, como es el caso de Fernando Rodríguez de la Flor (USAL), Fernando Castro Flórez, crítico, profesor y comisario y la Editorial Delirio, impulsada por Fabio Rodríguez de la Flor.

Además, distintos colectivos y empresas de distintas tipologías han contribuido con sus esfuerzos a que el Cementerio de Arte de Morille sea hoy una realidad. En representación de los mismos, la comisión gestora ha valorado y elegido hasta un total de 60 proyectos de soterramiento. Cada enterramiento es catalogado y documentado en sus líneas básicas, con la idea de crear de un Centro Documental que permita un acceso riguroso y completo a las diferentes obras.

Por otro lado, cabe destacar que actualmente se está trabajando en un nuevo proyecto basado en el mail art (arte por correo) y en la organización de un enterramiento masivo sobre escultura funeraria en el que participarán más de 200 artistas de todos los ámbitos y de todos los rincones del planeta.

Además, desde el Ayuntamiento se siguen poniendo en marcha iniciativas relacionadas con este cementerio. Por ejemplo, en verano de 2018 se publicó un libro escrito por Jesús Málaga y María José Gil, en el que se recogen y explican todos y cada uno de los enterramientos, y se pretende incluir el Museo-Mausoleo en el programa de actividades de colectivos y escolares de la localidad.

  • May
  • 21
  • 2019

El Festival de Blues de Béjar cumple 20 años

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La Plaza de Toros de El Castañar, “La Ancianita”, la más antigua de España, declarada Bien de Interés Cultural en 1997 será de nuevo testigo de la gran fiesta del Blues en su XX Edición. Un lugar realmente mágico que cuenta con un público muy fiel que no ha parado de crecer a lo largo de dos décadas. El sitio perfecto para disfrutar del mejor Blues del mundo en directo. Si este año no quieres perdértelo por nada del mundo, compra tus entradas antes de que se agoten.

El Festival Internacional de Blues 2019 se celebrará entre los días 19 y 20 de julio, en los que se darán cita 10 bandas y cuatro figuras de gran relevancia dentro de este género musical. Pero además, el 18 de julio, víspera del festival, los asistentes podrán disfrutar de la Big Band Ruta A-66, formada por músicos de la zona  con varios años de experiencia que ofrecerán un concierto con canciones míticas de jazz.

El programa queda completado con una gran variedad de actividades cuyo objetivo es acercar el espíritu del festival a todos los rincones de la ciudad, como exposiciones, el XVII Curso Intensivo de Blues y talleres infantiles.

¿Por qué no puedes perderte el Festival de Blues de Béjar 2019?

Desde su primera edición, el festival ha contado con la participación de patrocinadores públicos y privados, como la Universidad de Salamanca, del Ayuntamiento de Béjar, la Junta de Castilla y León y la Diputación de Salamanca. Ayudando a mantener intacta la esencia de una música hecha para sentirla y vivirla en directo. Y un año más Béjar se prepara para convertirse en el epicentro mundial del Blues.

Por eso, los aficionados a este género musical tienen una cita ineludible en el municipio. Una nueva edición con un impresionante cartel con el que, una vez más, se consolida uno de los festivales de mayor relevancia del panorama no solamente español, sino también internacional.

Desde su nacimiento en el año 1999, decenas de bandas nacionales e internacionales, y miles de personas de todo el mundo han asistido al Festival con gran entusiasmo, convirtiendo a la localidad en un auténtico referente del mejor Blues del planeta.

Watermelon Slim, Corey Harris Band, Chris O’Leary Band, Larry McCray y Alex Zayas, Tail Dragger & Rockin’ Johnny Burgin Blues Band, Pátax, Boo Boo Davis, «Guitar Rumble» Mike Wheeler, Elliott Murphy Band, y José Luis Pardo & The Mojo Workers conforman el increíble cartel de este año.

Únicamente tres leyendas del Blues como B.B. King, Buddy Guy, y Robert Cray han conseguido 6 nominaciones en un año a los Blues Music Awards, y por encima de ellos, el único que ha conseguido este hito durante dos años seguidos y 17 nominaciones en cuatro años ha sido Watermelon Slim. Con una forma de ver el Blus muy particular, con raíces afincadas en el Delta del Mississippi y con toques de Country, Watermelon Slim es toda una leyenda en este género musical.

También cabe destacar la presencia de Elliot Murphy, que es uno de los personajes más excepcionales de la historia de la música de las últimas décadas. Uno de los compositores más cultos, apasionados e inteligente del rock. Desde principios de la década de los 70 ha lanzado casi 30 álbumes, con una respuesta muy positiva por parte de los críticos. Actualmente se encuentra en uno de sus mejores momentos creativos y musicales, por lo que no puedes perdértelo.

Tail Dragger, principal discípulo de Howlin ‘Wolf, también es una de las figuras más relevantes que asistirán al Festival de Blues de Béjar 2019. Se convirtió en uno de los nombres más conocidos en la década de los 60 y actualmente encarna el verdadero y descarnado Chicago Blues, estando en el mejor momento de su carrera. Actuará acompañado de la Rockin’ Johnny Burgin Blues Band.

Tampoco p’odemos olvidarnos de Mike Wheeler, Larry McCray y Alex Zayas, que compartirán escenario en uno de los conciertos más especiales de la edición. Mike Wheeler destaca por su espítitu atrevido, mezclado sus influencias de soul, rock, funk y R&B con el moderno Blues de Chicago. Larry McCray lleva el Blues en su alma y en su corazón desde temprana edad, heredero de influencias de leyendas como B. B. King, Freddie King o Albert King. Y Alex Zayas, además de ser un habitual en el mítico local Buddy Guy’s Legends, ha conseguido hacerse un nombre en los circuitos más exigentes del Blues de todo el mundo, siendo uno de los artistas más reputados de España en este género musical.

Pero tampoco podemos olvidarnos de The Main Squeeze, que combina soul, blues, hip-hop, funk y rock. Un perfecto compendio de emoción, ritmo, instrumentación y voces inpirados por los más grandes pero con su propia seña de identidad.

  • May
  • 14
  • 2019

El Museo Judío David Melul (Béjar)

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David Melul fue un ingeniero melillense enamorado de la localidad de Béjar, que decidió fundar el Museo Judío que lleva su nombre y que supone un verdadero homenaje a los judíos españoles, conocidos como sefardíes. Una visita imprescindible para aquellos que quieran conocer más sobre la presencia de esta cultura en nuestro país.

A lo largo de la visita, podrás aprender todo lo relacionado con la cultura, la historia y la religión de los sefardíes, así como los motivos y las consecuencias de su expulsión en el año 1492 por los Reyes Católicos, su relación con la Inquisición, la vida de los conversos y la diáspora sefardí. Pero además, el museo cuenta también con una zona especialmente dedicada a los descendientes de los judíos de Béjar, muchos de los cuales todavía conservan con orgullo su apellido «Béjar» o «Bejarano». Todo ello a través de multitud de recursos audiovisuales, vitrinas y paneles interpretativos, que protegen un sinfín de objetos muy interesantes relacionados con la cultura judía.

La historiografía indica que en Béjar hubo una constante presencia de judíos al menos desde finales del siglo XII hasta la expulsión en 1492. Lo cual ha quedado documentado en toda la zona, siendo Béjar la capital del estado feudal que desde mediados del siglo XIII fue administrado por la familia Zúñiga. De todos los pueblos de los alrededores, solamente Hervás y Béjar están documentadas como aljamas, lo que quiere decir que contaban con las instituciones y servicios que permitían a los judíos vivir plenamente su fe: hospital, sinagoga, baños rituales, carnicería, escuela, horno y cementerio, entre otros.

¿Quién fue David Melul?

David Melul nació en Melilla en 1928, trasladándose a Béjar en 1946 para estudiar en la Escuela de Peritos Industriales. Allí residió varios años y posteriormente se mudaría a Tarrasa para completar sus estudios de ingeniería textil y más tarde a Barcelona, instalándose en el edificio donde estaba la sede de la comunidad judía.

Fue en la capital condal donde puso en marcha sus primeros proyectos industriales gracias a Hispano Tex, una pionera a innovadora empresa textil dedicada a la producción de artículos para el hogar. Además, fue el primer cónsul honorario de Israel en Barcelona y presidente de honor de la Comunidad Israelita en la ciudad.

Por otro lado, cabe destacar que puso en marcha varios proyectos filantrópicos con el objetivo de fortalecer y dar a conocer la continuidad, la identidad, la cultura y la historia del pueblo judío, como el Liceo Judío David Melul en Melilla o el Colegio Hatikva Valldoreix (Barcelona).

Sin embargo, jamás perdió su relación con Béjar, ciudad a la que acudía a menudo. En uno de sus viajes a finales de la década de los 90, decidió fundar el Museo Judío David Melul en base a su conocimiento del pasado hebreo de la localidad y de su interés por difundir la historia y la cultura de los judíos.

Moriría en su ciudad natal el 15 de octubre de 2007.

¿Qué puedes ver en el Museo Judío David Melul?

El Museo Judío David Melul se encuentra situado en una casa solariega del siglo XV que forma parte del conjunto monumental de la iglesia de Santa María la Mayor, donde también se ubican algunas viviendas burguesas, una fábrica textil del siglo XVIII y la fábrica de guantes del siglo XIX. Emplazado en la parte de atrás del palacio ducal de Béjar, el edificio posee tres plantas y pertenece al Ayuntamiento de la localidad desde el año 2003 gracias a la aportación económica de David Melul.

En la planta baja, el visitante puede encontrar información sobre la historia de los judíos en España, incluyendo su presencia en Béjar y en los alrededores. Destacan piezas tan interesantes como el Fuero de Béjar, donde se recogen las normas que regían la convivencia de los musulmanes, judíos y cristianos. Pero también diversos elementos usados en las ceremonias sagradas de los judíos, instrumentos de la vida cotidiana en la Edad Media y la lápida sepulcral de Doña Fadueña, de entre los siglos XII y XIV.

La primera planta está dedicada a los judíos conversos después de la expulsión. Allí podrás ver una maqueta de Béjar en el siglo XV, documentos relacionados con la Inquisición y diversos libros relacionados con la pureza de sangre y con Don Francés de Zúñiga, un célebre personaje bejarano del siglo XVI, posible converso, que trabajó como bufón en la corte del Emperador Carlos V sobre la que escribió su Crónica burlesca.

En la última planta, podrás encontrar información sobre aquellos judíos que se negaron a convertirse y que decidieron mantener su fe, por lo que se vieron obligados a dejar el país. Son los llamados sefarditas. A través de numerosos documentos gráficos, podrás saber con todo detalle cómo se produjo el exilio hacia otros países de Europa, América y Asia y qué rutas tomaron. Pero también encontrarás algunos recursos audiovisuales sobre su idioma, el judeoespañol, y sobre algunos testimonios de los judíos que se apellidan Béjar, Behar, Bejarano, Bicerano, y otros apellidos que delatan su origen y que han proporcionado al museo fotos y otros materiales muy interesantes.

  • May
  • 07
  • 2019

La ruta de San Francisco de Asís en Salamanca

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La Ruta de San Francisco de Asís supone un homenaje al camino que realizó el Santo desde Santiago de Compostela hasta Lisboa, quedando encuadrados unos 131 km de este itinerario en la provincia de Salamanca, conduciendo al peregrino por la esencia del Campo Charro. Puede hacerse a pie, pero lo mejor es hacerlo en bicicleta, y que es bastante extenso. Una tuta perfectamente señalizada que discurre en algunos tramos por  carretera o bien las cruza, pero que generalmente pasa por senderos rurales.

El camino se inicia en el puente medieval Puente Mocho, junto al núcleo urbano de Ledesma, y se dirige hacia el sudoeste, entre preciosos bosques de encina y extensas praderas en las que pasta el ganado bravo, hasta llegar a Ciudad Rodrigo. En Ciudad Rodrigo vivió el Santo a principios del siglo XIII, concretamente en la ermita de San Gil, donde posteriormente se  construyó el convento de San Francisco. En el interior de la catedral de este Conjunto Histórico puede verse el único retrato que supuestamente se le hizo en vida.

En total pasa por diecisiete localidades: Ledesma, Doñinos de Ledesma, Villaseco de los Gamitos, Encina de san Silvestre, Martín de Yeltes, Castraz, Sancti-Spiritus, Sando, Garcirrey, Buenamadre, La Alameda del Gardón, La Fuente de San Esteban, Santa María de Sando, Ciudad Rodrigo, Carpio de Azaba, Gallegos de Argañán y Aldea del Obispo, en donde concluye en el Fuerte de la Concepción, antes de adentrarse en territorio portugués.

La dificultad de la ruta es media-baja, por lo que no es necesario contar con una gran forma física para hacerlo. Eso sí, aunque la mayor parte del tiempo discurre por el campo, hay que guardar precaución en aquellos tramos en los que pasa por carretera, recordando circular por la izquierda.

Ruta de San Franciso de Asís