Una de las grandes riquezas de la provincia de Salamanca es la riqueza y la variedad de sus comarcas, llenas de paisajes, manifestaciones artísticas y tradiciones culinarias únicas que las diferencias unas de otras. Conformando el escenario perfecto para los amantes de la naturaleza y del turismo rural. Senderismo, rutas en bici o paseos a caballo son sólo algunas de las formas más atractivas de conocer estos lugares.
Hoy, en concreto, queremos centrarnos en el Sendero de los Frutos, una de las rutas de senderismo más hermosas que pueden hacerse en la provincia de Salamanca y que forma parte de los Senderos de Frontera. Caminos que constituyen una auténtica ventana al río Duero, ofreciendo la posibilidad de descubrir diferentes lugares de la comarca de Las Arribes, recorriendo los increíbles parajes del Parque Natural y los bellísimos pueblos de los alrededores.

El Sendero de los Frutos es un itinerario de 4,5 km de ida y otros tantos de vuelta que se recorre en aproximadamente 2 horas y 40 minutos y que puede hacerse incluso con niños, ya que es de dificultad baja, salvando un desnivel solamente de 114 metros. Una ruta que te permitirá disfrutar de la naturaleza en su estado más puro y deleitarte con el vuelo de aves como el águila azor, el buitre leonado o el alimoche, que vigilan el valle silencioso.
Todo el camino se encuentra perfectamente señalizado, por lo que no encontrarás ninguna dificultad para seguirlo. La única excepción es el mirador, que no cuenta con ningún cartel indicativo.
El punto de partida es el pueblo de Ahigal de los Aceiteros y finaliza en el paraje de La Carrasquera, discurriendo entre cotos y cortinas dedicados al pastoreo y los campos de cultivo de Las Arribes, esencia de la vida de este territorio, y por el entorno del valle abrigado del río Águeda, donde el paisaje se torna más agreste. Un bellísimo bosque cerrado de carrascos que ofrece el escenario ideal para deleitarse con las espectaculares vistas de Las Arribes del río. Un sendero diseñado para disfrutar y entender el espacio natural como una pequeña síntesis del paisaje arribereño, transformado en terreno humanizado y fértil.
Un camino muy recomendable tanto para los amantes de la naturaleza como para los aficionados al senderismo, ya que discurre entre huertos de olivos y almendros protegidos por vallas de piedra que conforman un paisaje muy bucólico y que transportan a otro mundo, muy alejado del agitado ritmo de la vida de las grandes urbes. A lo largo del mismo te encontrarás además con cabañas de pastores, donde podrás hacer una parada para disfrutar de un delicioso picnic y reponer fuerzas para continuar el trayecto. Paisajes ásperos y muy interesantes que destacan por una exuberante vegetación conforme nos vamos acercando al curso del río.
Una oportunidad única de adentrarse en uno de los espacios más desconocidos de la provincia de Salamanca, el paisaje de las Arribes del Águeda, que al estar eclipsado por su “hermano mayor”, las Arribes del Duero que, por otra parte, es el Parque Natural del que ambos forman parte. El río Águeda transita por la zona antes de su desembocadura en el Duero, encajonado entre profundas paredes de granito. Uno de los mejores lugares para contemplar este increíble espectáculo es el Puente de los Franceses, al que se accede desde San Felices de los Gallegos, pero también desde los impresionantes miradores naturales de Ahigal de los Aceiteros. Uno de ellos se encuentra precisamente en el Sendero de los Frutos.
Pero además, el Sendero de los Frutos no solamente es interesante para los amantes de la naturaleza, sino también para los aficionados al oleoturismo. La provincia de Salamanca cuenta con olivos y un aceite de extraordinaria calidad. Y es que, aunque la región cuenta con uno de los inviernos más fríos de España, posee algunas zonas con su propio micrclima, como es el caso de la Sierra de Francia y en especial Las Arribes del Duero. Un clima mediterráneo propio de las provincias valencianas que permite el desarrollo de naranjos, limoneros, vides y, por supuesto, olivos. Siendo Ahigal de los Aceiteros uno de los mejores pueblos para encontrarlos.
En este pequeño pueblo ubicado a poco más de 100 km de la capital, sus habitantes han sabido mantener la tradición que llevan muy a gala, la de elaborar aceite. Un aceite ecológico de extraordinaria calidad que se elabora en la almazara de los Aceiteros del Águeda. En los meses de noviembre y diciembre, cuando se recoge la aceituna, es posible visitarla para comprobar el interesante proceso de elaboración de la joya de la corona de la dieta mediterránea. Incluso podrás ver a los trabajadores vareando los árboles, sacudiendo con fuerza las ramas para que las aceitunas caigan en una gran malla que se coloca alrededor del olivo. Una labor muy minuciosa y sacrificada que el visitante a Ahigal de los Aceiteros puede experimentar en sus propias carnes.