• Dic
  • 10
  • 2019

Museo de las llanuras y campiñas de Salamanca

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Ubicada al nordeste de la provincia de Salamanca, junto a un cerro dedicado al Sagrado Corazón, Macotera es una pequeña localidad rural que forma parte de la comarca de Peñaranda de Bracamonte y del Campo Charro por su historia, costumbres, economía, vestir y geografía. Un pueblo que guarda orgullosa una rica historia de tradición salmantina.

Paseando por sus estrechas callejuelas empedradas, es posible contemplar todavía numerosos blasones, fechas y escudos que nos hablan de su esplendoroso pasado. Sin duda uno de los pueblos de toda la provincia que mejor refleja el arte que sirvió de enlace entre las culturas musulmana y cristiana a lo largo de la Edad Media.

Pero la tradición también es el motor y el corazón del Museo Etnográfico de las Llanuras y Campiñas de Salamanca. Un interesantísimo museo inaugurado en el año 2007 cuando se construyó el edificio. Situado en la Plaza Mayor del pueblo, junto al Ayuntamiento.

Museo de las llanuras y campiñas de Salamanca

Un edificio diáfano que alberga una importante colección de elementos relacionados con la vida tradicional de la comarca y de toda la provincia y que formaban parte de la vida cotidiana de sus habitantes hasta hace unas décadas. Sobre todo de los oficios artesanales que, junto con la agricultura, fueron los principales motores de la economía de la zona en el pasado. Siendo especialmente destacable la prensa de uva que se encuentra en el sótano del museo y que fue colocada en este lugar antes incluso de la construcción del edificio.

Cada uno de ellos con un significado especial, suponiendo un importante contenido didáctico para que las generaciones más jóvenes y las que están por venir sepan cómo eran la vida y las costumbres de épocas pasadas.

Pero el medio natural también tiene un hueco en este interesante museo. Y es que las campiñas y llanuras de la provincia revelan un secular diálogo entre el Hombre y la Naturaleza. Un paisaje transformado lentamente a lo largo de los siglos que conforma una destacada muestra de la sostenibilidad medioambiental y del respeto de sus habitantes por el medio en el que viven.

A través de diferentes recursos audiovisuales y didácticos, de un montaje atractivo y sencillo, el Museo Etnográfico de las Llanuras y Campiñas de Salamanca, trata de dar a conocer y a entender esa convivencia, ese modelo de sostenibilidad intuitivo de nuestros antepasados.

Además, el Ayuntamiento ha elaborado un catálogo sobre el museo que permite al visitante obtener información detallada sobre todas las piezas que forman parte de la colección, incluyendo  imágenes y fichas técnicas de cada objeto que se encuentra expuesto. Un catálogo que refleja l esfuerzo de un pueblo y su comarca por recuperar las manifestaciones materiales e inmateriales de su cultura. Una cultura que algunos definen como «popular», mientras que otros la identifican como «tradición». Por su parte, la legislación regional se refiere a ella como «patrimonio etnológico»

La primera sala, situada en la primera planta, muestra la relación del hombre con el paisaje, mientras que en el sótanos se exponen una amplia y rica variedad de objetos originales de la vida diaria y del mundo productivo de los habitantes de la zona, como la caza o la pesca. Sin olvidar las manifestaciones y ritos de patrimonio inmaterial. Un antiguo lagar de gran tamaño domina el espacio, que comparte con otras piezas de gran formato, como el increíble carro pintado macoterano. Y junto a ellos las delicadas piezas de indumentaria tradicional, de arte pastoril, de mobiliario infantil, de los juegos de pesas y medidas o de la joyería religiosa.

Además, debes saber que no se trata de una colección estática, sino que ha ido ampliándose poco a poco gracias a las donaciones de los propios habitantes de la comarca, dando así un nuevo impulso a la promoción de este espacio de cara al turismo. Una de las donaciones más recientes que se ha producido en los últimos años es el estandarte bordado con un óleo sobre tela en el centro, con la imagen del patrón de la villa, San Roque.

Información para el visitante

Dirección: Plaza Mayor s/n. Macotera (37310)

Teléfono: 923555003 / 923555092 / 609273649

Fax: 923555061

Email: ayto-macotera@terra.es

Web: http://www.macotera.es

Periodo de apertura: Todo el año

Visitas Guiadas: Con cita previa durante todo el año

Horario Verano

Horario Fin de Semana: De 12:00 a 14:00

Horario Invierno

Horario Fin de Semana: De 12:00 a 14:00

Horario Días de Diario: Con cita previa

  • Dic
  • 03
  • 2019

10 Planes para disfrutar de Salamanca en Navidad

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Aunque parezca mentira las navidades ya están de vuelta y a partir de ahora cada día ya es una cuenta atrás para la Nochebuena. Muchos aprovechan estas fiestas para pasarlas con sus familiares y amigos en la intimidad del hogar, pero otros prefieren disfrutar las vacaciones lejos de su ciudad. En otro lugar que les ayude a desconectar y que les ofrezca una gran variedad de actividades interesantes para hacer durante estas fechas.

En este sentido, Salamanca es uno de los destinos favoritos de los turistas en Navidad. Y es que además de ser una ciudad preciosa ideal para aquellos que busquen actividades culturales, también cuenta con una gran oferta de ocio para todos los gustos y para todas las edades. Por eso, cada vez más personas deciden venir a Salamanca en Navidad, para vivir una experiencia única que no podrían vivir en otra ciudad. Por no hablar de que es una ciudad muy asequible para ir caminando a cualquier parte. De hecho, ir a todos lados dando un agradable paseo es la mejor forma de descubrir cada uno de los rincones de esta encantadora ciudad en estas fechas.

Por eso, si tienes pensado visitar Salamanca en Navidad, hoy en Hotel Regio te proponemos algunas de las actividades que puedes hacer tanto si vienes en pareja, con amigos o con niños.

  • Nov
  • 26
  • 2019

Estación de esquí de La Covatilla: el paraíso blanco de Salamanca

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Si tienes pensado visitar Salamanca en tus próximas vacaciones, probablamente ya habrás oído hablar de la gran riqueza monumental que posee, el ambiente nocturno tan animado que la caracteriza y de sus preciosos espacios naturales y pueblos con encanto. Pero además, Salamanca cuenta con una amplia oferta de ocio que la convierten en un destino ideal para todas las edades y para todos los gustos. Ahora que se acerca el invierno, si lo que buscas son sensaciones blancas, en Salamanca también encontrarás satisfacción. Estamos hablando de la estación de esquí Sierra de Béjar-la Covatilla, situada a 80 km de la capital, entre los municipios de Béjar y Candelario. La única de este tipo que podemos encontrar en la provincia.

Situada en la parte más occidental del Sistema Central, en plena Sierra de Béjar (Salamanca), la estación de esquí La Covatilla cuenta con 24 pistas y más de 20 kilómetros de zonas para esquiar, comprendidos entre altitudes de 2.000-2.360 metros, y un desnivel de 374 metros. Orientada hacia el noreste y con la protección contra los fuertes vientos que ofrece el macizo, la nieve se mantiene en condiciones óptimas pues el sol no puede perjudicarla. Lo cual permite una buena cantidad y calidad de la nieve a lo largo de la temporada invernal. Siendo las nevadas más frecuentes durante los primeros días del invierno, ya que las nevadas se producen como consecuencia de la entrada de masa de nubes desde el Atlántico. De esta forma, ha sabido abrirse paso y ser una de las mejores estaciones de esquí  del Sistema Central.

  • Nov
  • 19
  • 2019

El Camino de los Trasiegos, uno de los senderos más bellos del Valle de las Quilamas

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El Camino de los Trasiegos es un sendero que conecta las localidades deSan Miguel de Valero, Valero y San Esteban de la Sierra. San Miguel de Valero se encuentra al norte del Parque de la Reserva de la Biosfera de Las Batuecas – Sierra de Francia y es una de las entradas a la Sierra de Francia. Si llegamos al pueblo desde Salamanca, tendremos que tomar la carretera CL-512 en dirección a Vecinos, y aquí, enlazar con la SA-205 a San Miguel de Valero. La distancia desde Salamanca son 57 kms y se tarda aproximadamente 50 min en llegar. Es posible dejar el coche al principio del pueblo sin problema.

Una ruta perfectamente señalizada que se extiende a lo largo de 8 km y cuyo trazado va en descenso, atravesando los exuberantes bosques de castaños y encinas en ladera, ofreciendo unas vistas espectaculares del Valle de las Quilamas. Un bellísimo espacio natural dominado por profundos valle, exuberantes bosques y escarpados canchales.

El Camino de los Trasiegos permite al paseante no solamente disfrutar de hermosos paisajes, sino también de antiguas edificaciones, testigos del duro quehacer de estas gentes, como una singular era construida con losas de granito donde se aventaba la cebada, o bancales dedicados al cultivo de la vid o el olivo.

Además, aquellos que realicen la ruta durante los meses de verano, pueden disfrutar de un refrescante chapuzón en la piscina natural de Valero, conocida como el «Charco del Pozo», que tiene sus orígenes en una antigua fábrica de luz construida en el año 1920.

El nombre del sendero evoca a tiempos de transporte y comercialización de mercaderías, entre las que hoy destaca el polen y la miel. Y es que en el pasado fue una vía de comunicación de gran importancia para abastecer la zona de los productos necesarios para el día a día. Pero también fue usada para el estraperlo, que intentaba evitar el pago de impuestos por las transacciones comerciales. La miel fue y sigue siendo el producto estrella de la zona, ya que tanto en la localidad de Valero como en los alrededores han sido la principal zona productora de miel de Castilla y León desde la Edad Media.

El Camino de los Trasiegos es un itinerario de dificultad media, dirigido a un público amplio, que puede recorrerse en dos horas aproximadamente. Y, aunque en total cuenta con 8 km, es posible hacer solamente el tramo del Camino Viejo de Valero, que tiene aproximadamente 2, 3 km, lo cual es más recomendable cuando se va con niños o si no se está en muy buena forma.

Itinerario del Camino de los Trasiegos

Una vez que hayamos aparcado el coche, tendremos que dirigirnos caminando a la plaza de toros y andar unos 200 metros por la carretera SA – 205 que se dirige a la localidad de Valero. A la izquierda de la carretera, nos encontraremos con un panel informativo sobre el Sendero del Alagón: Camino de los Trasiegos. Tomaremos entonces un camino empedrado  e iremos descendiendo de manera progresiva por el valle y disfrutando a lo lejos de las vistas de las majestuosas montañas que predominan en este paraje natural, como la Peña de Francia, Pico El Castillo o Peña de la Bolanca.

La mejor época para disfrutar del recorrido es el otoño, ya que es el momento en el que podremos ver los erizos de las castañas y cuando todo el paisaje se tiñe de tonos rojizos, anaranjados y amarillos y el camino se cubre de las hojas caídas de los árboles. Además, la temperatura es muy agradable debido al propio microclima del que disfruta la Sierra de Francia. No obstante, si decides hacerlo en verano, no tendrás que preocuparte mucho por el calor, pues los bosques de alcornoques, encinas, robles y castaños proporcionan una sombra muy agradable a lo largo de todo el recorrido.

Al llegar a Valero, nos encontraremos con la Fuente de la Pila. En este tramo del camino, el bosque se vuelve más denso y permite disfrutar de una preciosa panorámica de la localidad y de todo el entorno, de las laderas de las montañas con sus cultivos en bancales. Un sistema agrícola que permite aprovechar el terreno mediante la creación de terrazas para el cultivo de vides, olivos y huertos.

A la entrada de Valero, nos encontraremos con otra fuente, desde donde parte el camino hacia San Esteban de la Sierra. Un recorrido de casi 6 km más que permite completar el Camino de los Trasiegos. Puedes seguir o hacer una parada para darte un chapuzón en las pozas naturales de aguas cristalinas y frescas del río Quilamas. Lo cual nos ayudará a superar el ascenso que nos espera de nuevo en San Miguel de Valero y que nos llevará de nuevo hasta el aparcamiento para regresar a casa.

  • Nov
  • 12
  • 2019

Casa Museo «Satur Juanela» en La Alberca

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La Alberca es un precioso pueblo situado en el corazón de la Sierra de Francia, en el Parque Natural Las Batuecas-Sierra de Francia. Entre paisajes tapizados de extensas masas de robles, frutales, castaños y otros árboles. Siendo el principal centro turístico de la zona. Tal vez porque es el pueblo que mejor ha sabido conservar sus costumbres y tradiciones, trajes y fiestas, arquitectura popular y naturaleza.

Declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1944 por ser un núcleo de arquitectura tradicional muy bien conservado. Siendo el primer núcleo rural de toda España en obtener este reconocimiento. Con casas levantadas a base de entramados geométricos de madera y piedra, en la que cada planta superior va sobresaliendo sobre la inferior hasta casi besarse, dando lugar a un impresionante ejemplo de arquitectura popular. Principal motivo de su interés histórico, atracción y fama.

Pero también por ser un pueblo que se ha mantenido fiel a sus tradiciones. Tradiciones que el visitante puede descubrir a través de la Casa Museo «Satur Juanela». Una iniciativa privada que dignifica las formas de vida tradicionales, modesta en lo material pero con una impresionante riqueza de matices y símbolos.

Sus promotores han reproducido en sus cuatro plantas cada espacio productivo y doméstico al detalle y con gran esmero: cuadras, granero, cocina, despensa, alcobas y salas, y finalmente el sobrao, donde los visitantes pueden disfrutar de un interesante documento audiovisual que ofrece información sobre las tradiciones y costumbres de los albercanos.

La Casa Museo «Satur Juanela» es un verdadero homenaje a los antepasados directos de las personas que hoy viven en la Sierra de Francia, concretamente en la localidad de La Alberca. Situada en una vivienda típica de la Sierra de Francia, en una de las pocas casas albercanas tradicionales que se han conservado en estado puro a lo largo de los siglos, manteniendo totalmente su estructura tradicional.

En ella vivieron Sátur y Josefa, «los Juanela», con sus cuatro hijos y algunos de sus nietos. En la primavera de 1883, Sátur y Josefa, una entrañable pareja, se casan e instalan su hogar en la población de La Alberca. Paseando por el campo buscan un gran roble que se convierte en la viga madre de su cálido hogar albercano. De esta forma, con mucho esfuerzo y cariño fueron construyendo su ilusión. Y de esta hermosa unión nació una gran familia.

Fueron su nieto Satur y su esposa quieres decidieron recuperar la casa como museo, para rendir homenaje a sus abuelos y a una forma de vida que ya es historia. De manera que hoy es posible conocer por dentro cómo era una auténtica casa albercana.

La casa ha sido rehabilitada como museo para mostrar una forma de vida y un tipo de arquitectura característicos desaparecidos en la localidad a finales del siglo XX. Pero conservando todo el mobiliario y los enseres originales de la casa, lo que permite al visitante conocer cómo se vivía en la Sierra de Francia hasta hace unas pocas décadas. Así pues, su estructura, su mobiliario y la forma de vida de antaño mantienen su autenticidad a pesar del paso de los años. AL recorrer sus diferentes estancias, es inevitable no sentir una irreprimible nostalgia y fascinación por lo bien que está conservada la casa de aquella época de los abuelos.

La Casa Museo de «Satur Juanela» está formada por tres plantas construidas con materiales de la zona, como la madera de castaño, el granito, las tejas, el barro o la cal morena. Y en su interior se encuentra decorada con todo lujo de detalles, cerámica y piezas de barro que usaban para su haber, cestería, aperos de labranza y utillajes de la antigua usanza, entre otros.

La cuadra que antiguamente era usada para los animales se encontraba en la planta baja, donde actualmente se ubica una interesante exposición de productos típicos de la comarca, entre los pesebres y elementos del ganado. En el primer piso se localizan los dormitorios y en el segundo piso la cocina típica, el lugar más importante de la vivienda, donde se mantenía encendida la lumbre sobre las lanchas del suelo y en la zona más alta el sequero, indispensable para poder secar los alimentos, como chacinas y castañas con el humo de la lumbre.

Además de La Casa Museo, Sátur y Mari  disponen de Hoyos Calama, una tienda de Artesanía, Regalos y Antigüedades situada en pleno centro histórico de la villa. Los trabajos de artesanía Hoyos Calama son un ideal de Belleza, viven cada trazo, cada caricia en la madera y cada antiguedad que descubren poniéndolo a disposición de cualquier persona que se acerque hasta la Alberca.

Datos del museo

  • Dirección: Mesón, 7
  • Municipio: La Alberca
  • Código postal: 37624
  • Teléfono: 923 415 165 – 625 755 819
  • Entrada: General: 2,50 €. Grupos mínimo 15 personas: 2 €. Gratuita: niños acompañados.
  • Tipo de visita: libre o guiada.
  • Dispone: souvenirs y tienda de productos tradicionales y naturales.
  • Horarios: Marzo-diciembre: abierto de martes a domingo. De 11:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00 h.
    Enero y febrero: cerrado, salvo para grupos.
  • Nov
  • 05
  • 2019

El Sendero de la Barca: los secretos de las Arribes del Duero

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El Sendero de la Barca es una de las rutas de senderismo más bellas que ofrecen las Arribes del Duero. Un precioso recorrido que conduce al caminante a través de antiguos caminos empedrados hacia parajes que ofrecen unas vistas increíbles de la zona. Caminos que, desde tiempos remotos, han sido usados por los carreteros y arrieros para transportar sus mercancías desde Portugal o España al muelle de la Barca para cruzar la frontera fluvial y comercializar sus productos en los mercados del país vecino. Caminos de frontera que también eran usados por los locales, contrabandistas, negociantes y curiosos y que se convirtieron en una importante vía de idiomas, ideas y sueños.

El Sendero de la Barca es una ruta circular de 5 km que lleva aproximadamente unas 3 horas en recorrerse, conectando la localidad de Vilvestre con la zona recreativa de La Barca, de la que recibe su nombre. Para hacerla, podemos dejar el coche junto al antiguo frontón, donde se encuentra el conocido como «Rollo de Justicia», una cruz de estilo gótico manuelino donde se mostraban públicamente las cabezas de los condenados a muerte. Un monumento muy parecido a los pelourinhos que se localizan en el centro de numerosos pueblos de Portugal.

Saliendo de la localidad por la calle Hondovilla veremos un cartel con indicaciones sobre la ruta. Y, un poco más adelante, un bebedero para el ganado, conocido como pilón de El Sierro. Después de caminar por este sendero ancho y de arena clara, encontraremos una desviación a la izquierda que nos introducirá en un estrecho sendero que discurre entre antiguas huertas y cortinas dominadas por vegetación típica arribereña. Es aquí precisamente donde se inicia realmente el Sendero de la Barca.

La ruta comprende diversas subidas y bajadas que obligan al paseante a realizar algunos pequeños esfuerzos, pero que son recompensados con creces con la impresionante belleza de los parajes por los que discurre y por las historias de las que nos habla el camino. Sin duda, una de las rutas de senderismos más interesantes y espectaculares que pueden realizarse en las Arribes del Duero.

El sendero se encuentra perfectamente señalizado a lo largo de todo el recorrido a través de balizas blancas y amarillas, aunque hay que tener en cuenta que en algunos tramos la exuberante vegetación puede invadir casi por completo el camino. Esto no significa que no podemos continuar salvando los obstáculos bajando en dirección al río Duero. En el sendero nos encontraremos con la Peña del Tío Julián, una gigantesca roca granítica con una curiosa forma con la que el paseante podrá echar a volar su imaginación sobre los animales o cosas a las que recuerda.

De forma progresiva nos iremos adentrando en un denso bosque de olivos, encinas y almendros que proporcionan una agradable sombra en los días más calurosos del verano. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que las Arribes del Duero cuentan con su propio microclima, con una temperatura siempre superior a la que se registra en la capital salmantina, por ejemplo. Por esta razón, es una ruta muy recomendable para hacer en los meses de otoño o primavera, cuando las temperaturas son muy agradables en la zona.

El sendero nos conduce hacia un camino en el que tendremos que girar a la derecha, en dirección contraria. Conforme vayamos bajando por la carretera, empezaremos a disfrutar de las increíbles vistas del Duero, encajonado en las Arribes. Justo en este punto del río se forma un pequeño recodo que permite la presencia del área recreativa de La Barca. El paraje cuenta con un embarcadero desde el que parte una embarcación que realiza paseos diarios por las Arribes del Duero entre mediados de julio y finales de agosto. El resto del año, la actividad solamente está disponible en findes de semana y festivos.

El paraje de La Barca cuenta además con un amplio merendero, un bar que abre en los meses de verano y una zona verde para tomar el sol y disfrutar de las preciosas vistas de las Arribes. Un verdadero lujo para los sentidos.

Después, regresaremos de nuevo al pueblo de Vilvestre a través de un camino que tomaremos una vez que hayamos visitado el paraje de La Barca. Comienza el tramo más exigente del Sendero de la Barca, ya que nos enfrentaremos a una constante ascensión donde tendremos que salvar un desnivel de 400 metros.

A partir de este momento, pasearemos por un tramo común por el que ya pasamos a la ida. Unos pocos metros por un camino ancho de tierra que conecta con la carretera y que va descendiendo. No tienes que preocuparte demasiado, ya que el punto de destino no tiene pérdida. Durante esos minutos, recorreremos una carretera que cuenta a ambos lados con grandes fincas de limoneros, naranjos y chumberas. Un paisaje que parece más propio de los pueblos del Mediterráneo que de la provincia de Salamanca.

  • Oct
  • 29
  • 2019

¿Dónde cazar en Salamanca?: Los mejores cotos de caza mayor y menor

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Salamanca es, sin lugar a dudas, la provincia de Castilla y León más rica y variada en ecosistemas naturales, lo que proporciona a los amantes de la caza infinidad de posibilidades para disfrutar de esta actividad ancestral de manera respetuosa y sostenible con el medio.

Las amplias llanuras cerealísticas de los Campos de la Armuña y Peñaranda de Bracamonte permiten disfrutar de la caza de la perdiz, la liebre y el conejo, especies que actualmente forman parte del mismo ecosistema que el jabalí, incluyendo así la caza mayor a estas extensas zonas de despejados y amplios horizontes. Desde estas llanuras de cultivos de cereales hasta la zona occidental de laregión, sobre la dehesa salmantina, sobrevuelan los preciados bandos de paloma torcaz o se esconden los ciervos, jabalís y corzos, poniendo a prueba las habilidades incluso de los cazadores más expertos. Propiciando así, jornadas de caza llenas de expectación y emoción.

No obstante, más allá de estas tierras de cotos y monterías, la Reserva Regional de Caza de las Batuecas permite a los aficionados a la actividad cinegética abatir al ansiado macho montés, el jabalí, el escurridizo corzo o la becada, con su increíble cuartel de invernada. Permitiendo al mismo tiempo el disfrute de una magnífica infraestructura de primer orden que hace las delicias incluso de los cazadores más exigentes, aquellos que disfrutan de la caza como una pasión, como una filosofía de vida.

Caza mayor

En la modalidad de caza mayor, la montería es la técnica más popular. El arte más primitivo y ancestral que existe. Tal ha sido su importancia a lo largo de la historia que, ya desde época medieval, ha sido fuente de infinidad de cuentos, tratados y relatos, y afición principal de muchos nobles y reyes.

En la actualidad, la caza mayor es un valor al alza en las riberas, las sierra y las amplias dehesas de Salamanca. Siendo la provincia que alberga la mayor riqueza de biodiversidad de toda la comunidad castellano leonesa. La cercanía con Extremadura, con una larga tradición montera, inculcó la pasión por la caza mayor en las zonas del sur de la provincia que hacen frontera con ella, como las sierras de de San Pedro y Gata.

Las sierras extremeñas son ricas en venados, lo que ha dio lugar al trasiego migratorio de las primeras reses, ya presentes en bastantes cotos de Salamanca. Una riqueza muy valorada por los lugareños y por muchos foráneos que montean y recechan en los campos de la provincia.

Junto con el venado, el jabalí es la pieza reina de las monterías salmantinas. Su creciente número hace que desde finales de septiembre hasta el mes de febrero se organicen una gran cantidad de cacerías exitosas en toda la región. Lo cual es gracias, en gran medidas, a las rehalas de perros. Su tesón, su olfato y su valentía convierten la caza en las sierras de Salamanca en un auténtico placer que combina la tradición de siglos de historia con la modernidad de los tiempos actuales.

Pero además, el éxito de las numerosas monterías que se llevan a cabo en la provincia de Salamanca no solamente se basa en realizarlas en cotos abiertos, sino también en una labor constante a lo largo de todo el año y no solo durante la temporada de caza. El conocimiento de las querencias, las manchas y las principales zonas de encame, o la preparación y la limpieza de los cotos es esencial para poder disfrutar de monterías generosas en trofeos y piezas.

Caza menor

En la modalidad de caza menor, la perdiz es la reina, dominando las amplia llanuras de cereales de la provincia. Pero también comparte territorio con el conejo y la liebre. La tradición galguera en Salamanca es muy rica y antigua, por lo que es bastante frecuente ver galgos y galgueros a pie, en mano o  a caballo, manear rastrojos, sembrados y barbechos en busca de la rabona encamada la noche anterior.

Pero sin menospreciar la caza de la liebre o de la perdiz, cuando llega el invierno, estas tierras se convierten en un verdadero espectáculo para los amantes de la caza menor. Y es que los despejados cielos de las sierras, encinares, dehesas y alcornocales salmantinos se llenan de torcaces y becadas, aves que hacen parada en Salamanca durante sus movimientos migratorios, huyendo del terrible frío de los países del norte de Europa. De esta forma, los cazadores pueden disfrutar de una emocionante jornada en compenetración con el perro, disfrutando de los espectaculares paisajes salmantinos.

  • Oct
  • 22
  • 2019

El Museo del Orinal de Ciudad Rodrigo: uno de los más originales del mundo

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En el corazón de la villa medieval de Ciudad Rodrigo, al pie de la torre de la Catedral, se ubica uno de los museos más originales de España y del mundo, el Museo del Orinal. Inaugurado en el año 2006 por  José María del Arco Ortiz. Un hombre que, en los años 80, empezó a coleccionar lo que el mismo denomina «el objeto más usado de la humanidad». Porque si hay algo cierto es que todos los seres humanos, sin importar a la clase a la que pertenezcamos, tenemos que pasar por este lugar todos los días.

Un espacio lleno de historia, de la historia de caballeros, princesas, nobles, doncellas, monjes, reyes y curas que en algún momento sentaron en ellos sus ilustres posaderas. Unos objetos que fueron de uso cotidiano, tanto entre ricos como pobre, hasta que la llegada generalizada de los retretes a las casas actuales los sacó prácticamente de circulación. Y han estado presentes desde que el hombre abandonó las cuevas y tuvo la necesidad de depositar su orines y deposiciones en algún lugar antes de tirarlos por la ventana al grito de ¡agua va! 

Historia del Museo del Orinal de Ciudad Rodrigo

Todo comenzó a principios de la década de los 80, cuando un amigo de José María del Arco llevaba a cabo una reforma en el Hospital de La Pasión de Ciudad Rodrigo. Como le encantaba coleccionar objetos antiguos, José María fue avisado del singular hallazgo y los guardó en su casa para que no terminaran entre los escombros. Después, la curiosidad y el esfuerzo hicieron el resto. De hecho, cuando llegaba su cumpleaños, Navidad o el Día del Padre, lo único que pedía como regalo era un orinal y todo lo que le rodea.

La cuestión es que llegó a acumular tantos que no quiso que cayeran en el olvido, por lo que comenzó a buscar lugares donde exponerlos, con el único deseo de ver cumplido su sueño de crear un museo donde todas estas maravillosas joyas pudieran ser admiradas.

Gracias a los esfuerzos de José María y de muchos amigos, se fundó el Museo del Orinal que hoy podemos ver en Ciudad Rodrigo. Sin embargo, no fue tarea fácil. En el año 1991, empezó siendo una exposición itinerante que se exhibía de manera temporal en distintas ciudades de España y Portugal.

Tuvieron que pasar varios años para que, gracias a las aportaciones de amigos y familiares, José María del Arco reuniera una colección lo suficientemente grande como para abrir este museo, considerado como el quinto más curioso del mundo. Recibiendo alrededor de 18.000 visitantes cada año. Demostrando que, además de los museos de arte de cada destino, existen otros muchos museos por el mundo que ofrecen a los visitantes una «experiencia única»

El Museo del Orinal

El Museo del Orinal de Ciudad Rodrigo cuenta con ocho salas, distribuidas por la primera planta del edificio y alberga una impresionante colección de más de 1.300 ejemplares, procedentes de 27 países distintos, en un rango cronológico que va desde la Edad Media hasta la actualidad, desde el siglo XIII al siglo XX. Tan cotidianos y casi siempre tan escondidos que sorprende ver la gran variedad.

En estas salas pueden verse orinales y escupideras de todo tipo, material y forma. De porcelana, metal, piedra, hojalata, latón, barro, cobre, cristal, aluminio, esmaltados, de plata, de oro, de platino o cerámica; pintados a mano o en serigrafías; sencillos o profusamente decorados; de hombres y de mujeres; nuevos y usados; de miniaturas de casas de muñecas a bacines de más de medio metro, etc. El más pequeño es como un garbanzo, realizado por un joyero sueco en platino, y el más grande, con 45 cm. de altura, es de barro y procede de Ciudad Rodrigo. Incluso podemos encontrar una pieza diseñada por Gaudí para el Marqués de Comillas.

Un auténtico viaje en el tiempo que nos muestra cómo lo esencial no cambia y cómo los más sencillo también puede llegar a ser una obra de arte. Un fascinante recorrido por la evolución de esta pieza que nos ha acompañado a lo largo de cientos de años y de cómo ha ido cambiando y adaptándose a las necesidades de las personas de cada época.

En la antigüedad fue oblongo,  después escafoide, luego cilíndrico y los más desde el siglo XVIII globulosos. Los Griegos lo llamaron “amigo” y los Romanos “matula” o “metella”, siendo normalmente de bronce. En el siglo I d.C. los más refinados los usaban de plata y oro.

Pero también forman parte de la colección numerosas escupideras, también conocidas como salivaderas, fabricadas en distintos materiales como cerámica, hojalata, hierro, metal o cristal. Siendo usadas en los bares para escupir el vino y el tabaco y evitar, de este modo, ensuciar el suelo lo menos posible.

  • Oct
  • 15
  • 2019

Arte Urbano en Garcibuey: el pueblo que adora los graffitis

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Desde mayo de 2019, el pueblo serrano de Garcibuey exhibe orgullosa grandes murales en fachadas y rincones gracias a la inciativa «Graffitibuey», el I Certamen de Pintura en el Medio Rural. Un proyecto de dinamización que nace como resultado de la colaboración del ayuntamiento de Garcibuey con la Diputación de Salamanca, el grupo de acción local Adriss, vecinos y empresas.

Una apuesta muy original que, bajo el lema «Hay fututo», tiene por objetivo  luchar contra el proceso de despoblación de la zona. Ideada y organizada por un hijo y vecino de Garcibuey, Miguel Martín Andrés. Pero toda la localidad se ha volcado en ella para dar futuro a la localidad. Un tipo de iniciativa cada vez más frecuente en municipios de todo el mundo, donde el arte urbano se incorpora a las calles con la finalidad de impulsar el sector turístico.

Un evento en el que han participado artistas tanto del propio territorio español como de otros países del mundo, como Francia, Alemania, Chile o Reino Unido. Embelleciendo así las fachadas de edificios públicos y privados de este pequeño pueblo de apenas 180 habitantes que espera convertirse en un nuevo atractivo turístico de la Sierra de Francia.

Los 16 artistas, que han pintado 17 murales, han dejado su impronta en la localidad a través de composiciones relacionadas con la región, como la naturaleza, las costumbres, la artesanía y la gastronomía, desde representaciones de animales y árboles hasta retratos, pasando por motivos culturales y bordados serranos como «La pájara y el dragón». El más grande, que se compone de una gallina y que aparece en el cartel oficial, tiene 200 metros cuadrados.

Las 17 intervenciones que se han llevado a cabo en fachadas del municipio han formado parte de la primera fase, ya que tendrá continuidad en el año 2020 con una segunda fase. “Ya hay artistas para el año que viene, puesto que hemos tenido que hacer una selección porque podíamos haber pintado cuatro veces el pueblo con las propuestas que nos han llegado”, ha explicado Miguel Martín Andrés.

La idea es convertir a Garcibuey en un espacio sonde convivan al mismo tiempo el arte contemporáneo al aire libre y la cultura tradicional, complementando así la oferta turística de la comarca y dando un nuevo aire de esperanza para el crecimiento de la localidad. Una buena idea para disfrutar de un programa cultural paralelo y, al mismo tiempo, favorecer la oferta turística de la Sierra de Francia. Un atractivo distinto pero perfectamente complementario a los que ya ofrece la comarca.

“Tenemos mucho conjunto histórico alrededor pero a Garcibuey nadie entra y lo que queremos es que a partir de ahora la gente que esté visitando la zona si quiere ver un graffiti de calidad tenga que venir al pueblo”, asegura Miguel Martín.

Pero además, la iniciativa pretende también crear nuevos escenarios de diálogo y convivencia con el arte en el medio rural, estimulando el intercambio y la creación en torno a las artes pictóricas, fomentar la cultura del municipio y mejorar el casco urbano gracias a estas obras de arte. Pero siempre respetando e integrando en el proyecto la arquitectura tradicional serrana.

Gracias a ello, se podría crear un nuevo foco turístico que haría posible la creación de empleo a través de la comercialización y la promoción de los productos artesanales y agroalimentarios de la zona.

El I Certamen Graffitybuey ha sido todo un éxito. Tratándose de un municipio despoblado con tan solo 6 niños en el colegio, iniciativas como esta están logrando que en las calles del pueblo se vea movimiento, produciéndose una gran interacción entre vecinos y artistas.

Con este certamen se amplía la oferta turística, tanto de la comarca como de la Ruta del Vino Sierra de Francia, ofreciendo ahora un espacio de arte contemporáneo al aire libre que confiere un nuevo atractivo a la localidad.

  • Oct
  • 08
  • 2019

Noche de las Almas Blancas en Mogarraz

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Entre exuberantes bosques de robles, se erige la preciosa villa de Mogarraz, uno de los pueblos de la Sierra de Francia que mejor ha sabido conservar sus costumbres y tradiciones. Declarada Conjunto Histórico, su casco antiguo destaca por sus estrechas callejuelas empedradas, flanqueadas por casas de arquitectura popular con entramados de madera y originales dinteles, muchos de ellos grabados con alusiones religiosas.

Paseando por sus calles, podrás escuchar el rumor cercano de alguna fuente o la embriagadora fragancia de las bodegas caseras, cruzar misteriosos pasadizos y descubrir insólitos escudos de antiguas familias nobiliarias o de la temida Inquisición.

En este lugar, cada 1 no noviembre tiene lugar la Noche de las Almas Blancas, que se celebra al caer la noche. Una ocasión única para admirar una de las tradiciones más arraigadas de Mogarraz y de toda la Sierra de Francia, sobre todo desde la vertiente más espiritual, pero siempre artística y plástica, pues conocida es la estrecha relación que mantiene la localidad con el Arte y la Cultura, como la archiconocida instalación pictórica del artista mogarreño y universal Florencio Maíllo.

Una tradición perdida que se retomó hace unos años y en la que se implican todos los vecinos del pueblo, sobre todo los niños que son los que disponen los que colocan los pequeños cirios blancos por todas las calles del pueblo. Repitiéndose desde al año 2011, siempre en la noche del 1 al 2 de noviembre, en la Noche de Todos los Santos, cuando el silencio del recorrido se mezcla con las campanas y los rezos para aquellas personas que ya no están entre nosotros. Un ambiente íntimo rodeado de miles de velas que guían los pasos y las plegarias de la comitiva.

Una noche en la que sus calles se iluminan del titilitante resplandor de cientos de velas que simbolizan las almas y que se colocan prácticamente a ras del suelo en todas las puertas, rincones y escaleras, envolviendo todo el pueblo es un ambiente ancestral, casi mágico. Una celebración que se vive con muchos sentimientos y emoción.

La procesión comienza  a las 8 de la tarde en la plaza del Solano con el primero de los rezos de la «Moza de Ánimas». Luego continúa por el Humilladero y por las calles del pueblos, acompañando las plegarias cantadas. Con la «Moza de Ánimas» siempre a la cabeza, ataviada con antiguas mantillas negras, saya, blusa y mantón también negros. Vestida de rigoroso luto, tapada con un velo negro sobre su rostro y llevando su esquila en la mano. Deteniéndose en cada esquina del bello pueblo para entonar su salmodia en las esquinas más pintorescas de este Conjunto Histórico Artístico.

Para esta celebración, muchos mogarreños llevan sus tradicionales capas negras y van a buscar a las «Mozas de Ánimas», que salen entonces a la calle a lanzar sus rezos por las almas de los que padecen a la esperar en el purgatorio y sus «mandas», es decir, lo encargos que reciben de sus familiares y amistades.

Un singular cortejo recorre las calles del pueblo, vestidos con capas, mientras los vecinos van acompañando con sus velas y candiles, y con el tañido de las campanas de fondo a las Mozas de Ánimas. La luz es considerada como un elemento purificador que conecta con lo divino. Por esta razón, todas las calles se inundan con candelas blancas, como símbolo de las almas de los difuntos.

Papel muy importante de esta procesión, lo tiene el antropólogo Antonio Cea, que actúa como ‘maestro de ceremonias’. Siendo uno de los precursores del resurgir de este rito en Mogarraz, quien declama y entona canciones de tipo religioso popular.

Después se lleva a cabo una actuación teatral como colofón y el Ayuntamiento obsequia a los asistentes con una «calbochada» y aguardiente. Tanto a los propios vecinos del pueblo como a los numerosos visitantes que cada año llegan al pueblo en estas fechas para seguir y participar en este ancestral rito.

Además, durante toda la noche no dejan de sonar las campanas y todos aquellos que quieran subir a tocarlas por sus familiares y amigos fallecidos pueden hacerlo.