La Semana Santa de Salamanca está declarada de Interés Turístico Internacional. Una de las festividades más esperadas de todo el año y que supone un momento ideal para visitarla, pues podrás descubrir algunas de las tradiciones más arraigadas de la ciudad y cómo los salmantinos viven con gran devoción sus hermosas procesiones. Una celebración que atrae cada año a cientos de turistas llegados de todas partes de España y del mundo. Por eso, si quieres pasar estos días en la ciudad, en Hotel Regio te recomendamos que hagas tu reserva con tiempo, ya que suele ser complicado encontrar alojamiento en los días anteriores. El grado de ocupación es bastante alto.
Una preciosa integración de las procesiones y cofradías por las calles del casco histórico, siendo algunos de los puntos más importantes la Casa de las Conchas, la Plaza Mayor, el Arrabal, las catedrales y la Clerecía. Edificios históricos que en esta época del año alcvanzan un protagonismo especial.
Tal es su importancia que esta costumbre no se ha visto interrumpida en ningún momento de la historia, ni siquiera durante los años de la República.Un festejo muy vistoso y muy emotivo en el que el arte, el colorido, la devoción y la música forman parte de todos los actos que se celebran en memoria de la muerte de Cristo.
Sin faltar, por supuesto, las procesiones, donde los miembros de distintas hermandades y cofradías, que visten sus trajes típicos, recorren las calles llevando las imágenes religiosas sobre el trono, conocidas también como pasos. Durante el trayecto, van acompañados por la música y los tambores de una banda, dando lugar a estampas de sobria belleza. Todos los días desde el Domingo de Ramos se celebran diferentes procesiones de distintas cofradías en las que siempre se saca un trono de un Cristo y otro de la Virgen.
Con lo cual, no importa en qué días decidas alojarte en la ciudad, ya que cualqueira de ellos podrás asistir. No obstante, las más espectaulares son las del Domingo de Ramos, el Jueves Santo y el Sábado Santo. Tanto porque son dáis festivos porque son las figuars que mejor retratan la Pasión de Cristo. No obstante, recuerda que son días de mucha afluencia, por lo que como comenábamos anteriormente es importante reservar alojamiento con tiempo. Y, por supuesto, salir pronto para encontrar los mejores sitios para disfrutar de ella de cerca.
Además, debes saber que la Semana Santa de Salamanca no solamente es interesante por sus procesiones, sino también por otras costumbres muy arraigadas que se celebran desde hace mucho en la ciudad y que hacen que estos días sean más especiales. ¡No te las pierdas!
Los Oficios
Además de las procesiones, una de las costumbres más destacadas la de «Los Oficios» que se lleva a cabo en la Capilla de la Universidad Antigua, junto a las cenizas de Fray Luis. Un acto litúrgico y académico que está considerado por los docentes como un claustro extraordinario y que tiene lugar cada Jueves Santo. Por esta razón, los catedráticos visten con sus galas académica, hacen turno de vela y son incensados de manera individual ante un cáliz que se introduce en una urna de cristal colocado sobre un arcón del siglo X. Al terminar, los asistentes son obsequiados con la tradicional merienda, que consta de dulces y chocolate. Pero también tiene especial importancia el Descendimiento de Cristo.
Indulto a un preso
También es una costumbre bastante arraigada el indulto del preso que se realiza el día que sale en procesión el Jesús del Perdón. Se libera a un preso de la cárcel provincial mediante el pago de fianza o indulto, cumpliendo de esta forma con los principios de caridad y perdón de los cristianos. A lo largo de la historia de esta tradición han asistido al acto tanto los presos liberados como los propios reclusos que, en este día, disfrutan de una comida.
El origen de esta tradición se remonta a mediados del siglo XVII y fue obra de Martínez Montañés en el siglo XX. El Santísimo Cristo del Perdón es una talla creada por Bernardo Péres de Robles a mediados del siglo XVII que destaca por su gran calidad artística. Representa al Cristo crucificado justo antes de su muerte, mirando al cielo.
En la procesión los hermanos de la cofradía van ataviados con túnicas blancas con botonadura roja y capa. Sobre sus cabezas el capirote rojo con el anagrama de la Hermandad. Además, llevan guantes blancos y cíngulo rojo. Los acompañana numerosos penitentes que portan cruces sobre sus espaldas y van arrastrando gruesas cadenas, en señal de penitencia, como agradecimiento por un favor o como oración.
El indulto se lleva a cabo en el patio del Museo del Comercio ante los presidentes y hermanos mayores de la cofradía, el subdelegado del gobierno, el alcalde de Salamanca y el director del Centro Penitenciario de Topas.
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