Es imposible oír el nombre de Guijuelo y no pensar en esos deliciosos jamones que se han hecho famosos en todo el mundo. Y es que Guijuelo es uno de los mayores productores de jamones y embutidos ibéricos de todo el mundo. Sin embargo, Guijuelo no solamente es jamón, sino que cuenta con lugares tan bellos como la Sierra de Tonda, situada a sólo 5 km al suroeste de la localidad. Aquí, cada año el Ayuntamiento de Guijuelo organiza una ruta senderista por el bello paraje de los Secretos de Tonda, un espacio poco conocido, pero con un impresionante valor paisajístico que permite al visitante sumergirse de lleno en la tierra en la que se elaboran los mejores embutidos del mundo.
El recorrido se inicia en el camino de Tondo, junto al que hay un espacio para dejar el coche. Una pista forestal sin apenas desnivel que te conducirá a través de un bosque de encinas. Concretamente encina Quercus ilex, el árbol más representativo de la Península Ibérica y que siempre está presente en los bosques mediterráneos. Son las bellotas que crecen en estos árboles las que sirven de alimento a los cerdos ibéricos que dan la carne para la elaboración de los apreciados embutidos de la zona.
Conforme avanzamos, nos iremos dejando embriagar por el agradable aroma de los arbustos con bellas flores moradas, la lavandula stoechas, conocida popularmente como tomillo borriquero. Pero también encontraremos hrmosos rosales silvestres que llamarán nuestra atención con sus llamativos frutos de color rojo intenso.
Poco a poco iremos dejando atrás el bosque casi sin darnos cuentan y nos encontraremos ante una inmensa pradera en la que se organiza un taller donde los niños podrán entener mejor el entorno natural en el que se encuentran y los mayores aprender a tirar con arco. Una experiencia realmente divertida que la mayoría no habrá realizado nunca, por lo que seguramente si tu hijo te pide el arco para tirar, terminarás dándoselo a regañadientes.
Después de este pequeño descanso constinuaremos el camino por la misma pista forestal, pero ahora ya no veremos encinas, sino una zona de robledal. Poco después nos encontraremos con una bifurcación muy bien señalizada en la que si seguimos por la derecha, llegaremos hasta el área recreativa. No obstante, el camino prosigue por la izquierda, como señalan las indicaciones de la seda de los Secretos de Tonda.
Un poco más adelante veremos unas llamativas rocas de gran tamaño y formas muy variadas debido a la acción erosiva de la lluvia, el viento y la nieve a lo largo de miles de años. Seguro que los niños no pueden evitar la tentación de subirse a ellas y bajas como si fuera un tobogán. Son precisamente estas gigantescas piedras las que nos dan paso al primer secreto de Tonda. Se trata del Secreto de la Tortuga, que consiste en encontrar una gran tortuga de piedra entre las rocas. Un reto que no resulta complicado ni siquiera para los más pequeños.
Una vez que hayamos visto la tortuga, seguiremos por la zona desepjada de bosque, por las praderas. Podemos aprovechar para tomarnos un descanso y escuchar las explicaciones del guía sobre las aves que sobrevuelan la zona, donde destacan las águilas calzadas, los buitres leonados, las águilas reales y los milanos reales.
El camino continúa a través de un pinar en el que un denso grupo de pinos rodenos y resineros se convierten en un escenario perfecto para descansar y reponer fuerzas. Y es que las vas a necesitar para seguir por el siguiente tramo, que es el más complicado de toda la ruta porque se hace cuesta arriba. Es verdad que no existe un gran desnivel, pero llegaremos con las energías más mermadas que al principio después de tantas cosas vividas.
Por este sendero nos espera otra sorpresa, el Secreto de la Charca. Una pequeña ciénaga con nenúfares donde viven lagarlos ocelados, salamandras y galápagos europeos. Ya solamente queda salvar un pequeño repecho en el que encontraremos unas señales verticales. Si seguimos a la derecha, volveremos al punto de partida. Podemos hacerlo si estamos cansados. Pero si quieres seguir, continúa por la izquierda para ralizar la ruta completa. Un recorrido más extenso en el que podrás descubrir el resto de los Secretos de Tonda, como el Secreto de la Fuente, el Secreto del Mirador y el Secreto de la Virgen.
Además, si te desvías en este lugar un poco a la ruta, encontrarás un área recreativa a unos pocos kilómetros a la izquierda. En este lugar hay un rocódromo donde los niños pueden hacer escaalda y rápel. Además, cerca se encuentra el Secreto del Refugio, una pequeña construcción que servía de amparo para los pastores y ganado en tiempos pasados.
Después, solamente tendremos que regresar sobre nuestros pasos hasta la bifurcación y tomar el camino señalizado por el que iremos descendiendo poco a poco. Siempre acompañados por el impresionante paisaje de la Sierra de Béjar como telón de fondo. Una vez terminado el recorrido, podremos regresar a Guijuelo.
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