El Cementerio de Arte de Morille es el único de nuestro país en el que no se entierran cadáveres, sino que es el lugar donde el arte encuentra su último descanso. Ubicado a sólo 24 km de Hotel Regio (Salamanca), fue fundado en el año 2005 de la mano de los artistas Javier Utray y Domingo Sánchez con el objetivo de enterrar obras de gran valor artístico o relacionadas con el arte de vanguardia.
La idea surgió en París en el año 2001. Después de fallecer el filósofo Pierre Klossowski, Domingo Sánchez estaba intentando encontrar un lugar para enterrar sus cenizas. Tras hablar con el alcalde de Morille, que le comentó que quería hacer cosas en el pueblo, y con Javier Utray, entendió que había encontrado el lugar perfecto para enterrar las cenizas del filósofo, comentándole su intención de montar un cementerio de arte allí, a lo que el Ayuntamiento estuvo bastante receptivo.
Un proyecto complejo, plural y ambiguo que, para algunos, constituye un museo-mausoleo de un centro de arte subterráneo, para otros un depósito permanente de arte y para otros un museo-cóncavo. Todo un referente de las vanguardias artísticas en España y el único que existe para enterrar obras de arte. Quedando integrado dentro de la Red Mouseion: Plataforma Transfronteriza de Museos.

La gran variedad de puntos de vista es precisamente lo que coloca a este singular cementerio en un cruce de caminos que discute la esencia misma de la creación artística, su función social y su naturaleza, entre otros aspectos, no quedando exenta de una obvia dimensión crítica en lo que respecta a los pilares de la museística actual. Pero es la gran repercusión del proyecto lo que ha despertado un gran interés tanto entre el público en general como especializado.
En él han participado artistas de la talla de Fernando Arrabal, Isidoro Valcárcel Medina, Germán Coppini o José Luis Coomonte. Y de todas las obras que podemos encontrar, destaca la de el enterramiento de las cenizas del filósofo Pierre Klossovski, creada por Domingo Sánchez Blanco, y la del enterramiento de un Pontiac Gran Prix de 1972, realizado por Javier Utray. Este último fue soterrado en un hoyo de hormigón en el terreno, en una sobria ceremonia con la que se dio por inaugurado el cementerio. Hay que mencionar que el coche había servido de inspiración para algunas de las obras de Javier Utray, por lo que de algún modo se encontraba estrechamente unido al arte de vanguardia. Sobre su lápida puede leerse: «P.I.P. on TIAK. La grand prix. En escribir una lápida se le va media vida a uno. Duro marmolillo».
Pero no solo el Poniac Grand Prix y las cenizas del Pierre Klossovsi tuvieron su ceremonia, sino que cada uno tiene su propio funeral, siempre marcado por un tono serio, pero con un toque humorístico y, en algunos casos, extravagante. Uno de los más mediáticos fue el de Vicente del Bosque, que protagonizó el enterramiento de una camiseta y un balón de la Selección Española de Fútbol. Pero si hablamos de soterramientos surrealistas, el que se lleva la palma es del del escritor y Premio Nacional de Teatro Fernando Arrabal, que decidió enterrar un libro manuscrito como homenaje al filósofo francés Baruch De Spinoza en el año 2009, expresando además en ese momento su deseo de que sus cenizas fueran enterradas en el Cementerio de Arte de Morille.
Actualmente, la gestión del lugar está en manos de una Gestora formada por el Ayuntamiento de la localidad, Domingo Sánchez Blanco, inspirador, ideólogo y principal activista del proyecto, la Universidad de Salamanca y la Asociación Cultural El Zurguén de Morille. A lo que se añade la generosa colaboración de entidades y personalidades relacionadas con el mundo de la cultura, el arte y la ciencia, como es el caso de Fernando Rodríguez de la Flor (USAL), Fernando Castro Flórez, crítico, profesor y comisario y la Editorial Delirio, impulsada por Fabio Rodríguez de la Flor.
Además, distintos colectivos y empresas de distintas tipologías han contribuido con sus esfuerzos a que el Cementerio de Arte de Morille sea hoy una realidad. En representación de los mismos, la comisión gestora ha valorado y elegido hasta un total de 60 proyectos de soterramiento. Cada enterramiento es catalogado y documentado en sus líneas básicas, con la idea de crear de un Centro Documental que permita un acceso riguroso y completo a las diferentes obras.
Por otro lado, cabe destacar que actualmente se está trabajando en un nuevo proyecto basado en el mail art (arte por correo) y en la organización de un enterramiento masivo sobre escultura funeraria en el que participarán más de 200 artistas de todos los ámbitos y de todos los rincones del planeta.
Además, desde el Ayuntamiento se siguen poniendo en marcha iniciativas relacionadas con este cementerio. Por ejemplo, en verano de 2018 se publicó un libro escrito por Jesús Málaga y María José Gil, en el que se recogen y explican todos y cada uno de los enterramientos, y se pretende incluir el Museo-Mausoleo en el programa de actividades de colectivos y escolares de la localidad.
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