Archive for octubre, 2019

  • Oct
  • 29
  • 2019

¿Dónde cazar en Salamanca?: Los mejores cotos de caza mayor y menor

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¿Dónde cazar en Salamanca?: Los mejores cotos de caza mayor y menor

Salamanca es, sin lugar a dudas, la provincia de Castilla y León más rica y variada en ecosistemas naturales, lo que proporciona a los amantes de la caza infinidad de posibilidades para disfrutar de esta actividad ancestral de manera respetuosa y sostenible con el medio.

Las amplias llanuras cerealísticas de los Campos de la Armuña y Peñaranda de Bracamonte permiten disfrutar de la caza de la perdiz, la liebre y el conejo, especies que actualmente forman parte del mismo ecosistema que el jabalí, incluyendo así la caza mayor a estas extensas zonas de despejados y amplios horizontes. Desde estas llanuras de cultivos de cereales hasta la zona occidental de laregión, sobre la dehesa salmantina, sobrevuelan los preciados bandos de paloma torcaz o se esconden los ciervos, jabalís y corzos, poniendo a prueba las habilidades incluso de los cazadores más expertos. Propiciando así, jornadas de caza llenas de expectación y emoción.

No obstante, más allá de estas tierras de cotos y monterías, la Reserva Regional de Caza de las Batuecas permite a los aficionados a la actividad cinegética abatir al ansiado macho montés, el jabalí, el escurridizo corzo o la becada, con su increíble cuartel de invernada. Permitiendo al mismo tiempo el disfrute de una magnífica infraestructura de primer orden que hace las delicias incluso de los cazadores más exigentes, aquellos que disfrutan de la caza como una pasión, como una filosofía de vida.

Caza mayor

En la modalidad de caza mayor, la montería es la técnica más popular. El arte más primitivo y ancestral que existe. Tal ha sido su importancia a lo largo de la historia que, ya desde época medieval, ha sido fuente de infinidad de cuentos, tratados y relatos, y afición principal de muchos nobles y reyes.

En la actualidad, la caza mayor es un valor al alza en las riberas, las sierra y las amplias dehesas de Salamanca. Siendo la provincia que alberga la mayor riqueza de biodiversidad de toda la comunidad castellano leonesa. La cercanía con Extremadura, con una larga tradición montera, inculcó la pasión por la caza mayor en las zonas del sur de la provincia que hacen frontera con ella, como las sierras de de San Pedro y Gata.

Las sierras extremeñas son ricas en venados, lo que ha dio lugar al trasiego migratorio de las primeras reses, ya presentes en bastantes cotos de Salamanca. Una riqueza muy valorada por los lugareños y por muchos foráneos que montean y recechan en los campos de la provincia.

Junto con el venado, el jabalí es la pieza reina de las monterías salmantinas. Su creciente número hace que desde finales de septiembre hasta el mes de febrero se organicen una gran cantidad de cacerías exitosas en toda la región. Lo cual es gracias, en gran medidas, a las rehalas de perros. Su tesón, su olfato y su valentía convierten la caza en las sierras de Salamanca en un auténtico placer que combina la tradición de siglos de historia con la modernidad de los tiempos actuales.

Pero además, el éxito de las numerosas monterías que se llevan a cabo en la provincia de Salamanca no solamente se basa en realizarlas en cotos abiertos, sino también en una labor constante a lo largo de todo el año y no solo durante la temporada de caza. El conocimiento de las querencias, las manchas y las principales zonas de encame, o la preparación y la limpieza de los cotos es esencial para poder disfrutar de monterías generosas en trofeos y piezas.

Caza menor

En la modalidad de caza menor, la perdiz es la reina, dominando las amplia llanuras de cereales de la provincia. Pero también comparte territorio con el conejo y la liebre. La tradición galguera en Salamanca es muy rica y antigua, por lo que es bastante frecuente ver galgos y galgueros a pie, en mano o  a caballo, manear rastrojos, sembrados y barbechos en busca de la rabona encamada la noche anterior.

Pero sin menospreciar la caza de la liebre o de la perdiz, cuando llega el invierno, estas tierras se convierten en un verdadero espectáculo para los amantes de la caza menor. Y es que los despejados cielos de las sierras, encinares, dehesas y alcornocales salmantinos se llenan de torcaces y becadas, aves que hacen parada en Salamanca durante sus movimientos migratorios, huyendo del terrible frío de los países del norte de Europa. De esta forma, los cazadores pueden disfrutar de una emocionante jornada en compenetración con el perro, disfrutando de los espectaculares paisajes salmantinos.

  • Oct
  • 22
  • 2019

El Museo del Orinal de Ciudad Rodrigo: uno de los más originales del mundo

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El Museo del Orinal de Ciudad Rodrigo: uno de los más originales del mundo

En el corazón de la villa medieval de Ciudad Rodrigo, al pie de la torre de la Catedral, se ubica uno de los museos más originales de España y del mundo, el Museo del Orinal. Inaugurado en el año 2006 por  José María del Arco Ortiz. Un hombre que, en los años 80, empezó a coleccionar lo que el mismo denomina «el objeto más usado de la humanidad». Porque si hay algo cierto es que todos los seres humanos, sin importar a la clase a la que pertenezcamos, tenemos que pasar por este lugar todos los días.

Un espacio lleno de historia, de la historia de caballeros, princesas, nobles, doncellas, monjes, reyes y curas que en algún momento sentaron en ellos sus ilustres posaderas. Unos objetos que fueron de uso cotidiano, tanto entre ricos como pobre, hasta que la llegada generalizada de los retretes a las casas actuales los sacó prácticamente de circulación. Y han estado presentes desde que el hombre abandonó las cuevas y tuvo la necesidad de depositar su orines y deposiciones en algún lugar antes de tirarlos por la ventana al grito de ¡agua va! 

Historia del Museo del Orinal de Ciudad Rodrigo

Todo comenzó a principios de la década de los 80, cuando un amigo de José María del Arco llevaba a cabo una reforma en el Hospital de La Pasión de Ciudad Rodrigo. Como le encantaba coleccionar objetos antiguos, José María fue avisado del singular hallazgo y los guardó en su casa para que no terminaran entre los escombros. Después, la curiosidad y el esfuerzo hicieron el resto. De hecho, cuando llegaba su cumpleaños, Navidad o el Día del Padre, lo único que pedía como regalo era un orinal y todo lo que le rodea.

La cuestión es que llegó a acumular tantos que no quiso que cayeran en el olvido, por lo que comenzó a buscar lugares donde exponerlos, con el único deseo de ver cumplido su sueño de crear un museo donde todas estas maravillosas joyas pudieran ser admiradas.

Gracias a los esfuerzos de José María y de muchos amigos, se fundó el Museo del Orinal que hoy podemos ver en Ciudad Rodrigo. Sin embargo, no fue tarea fácil. En el año 1991, empezó siendo una exposición itinerante que se exhibía de manera temporal en distintas ciudades de España y Portugal.

Tuvieron que pasar varios años para que, gracias a las aportaciones de amigos y familiares, José María del Arco reuniera una colección lo suficientemente grande como para abrir este museo, considerado como el quinto más curioso del mundo. Recibiendo alrededor de 18.000 visitantes cada año. Demostrando que, además de los museos de arte de cada destino, existen otros muchos museos por el mundo que ofrecen a los visitantes una «experiencia única»

El Museo del Orinal

El Museo del Orinal de Ciudad Rodrigo cuenta con ocho salas, distribuidas por la primera planta del edificio y alberga una impresionante colección de más de 1.300 ejemplares, procedentes de 27 países distintos, en un rango cronológico que va desde la Edad Media hasta la actualidad, desde el siglo XIII al siglo XX. Tan cotidianos y casi siempre tan escondidos que sorprende ver la gran variedad.

En estas salas pueden verse orinales y escupideras de todo tipo, material y forma. De porcelana, metal, piedra, hojalata, latón, barro, cobre, cristal, aluminio, esmaltados, de plata, de oro, de platino o cerámica; pintados a mano o en serigrafías; sencillos o profusamente decorados; de hombres y de mujeres; nuevos y usados; de miniaturas de casas de muñecas a bacines de más de medio metro, etc. El más pequeño es como un garbanzo, realizado por un joyero sueco en platino, y el más grande, con 45 cm. de altura, es de barro y procede de Ciudad Rodrigo. Incluso podemos encontrar una pieza diseñada por Gaudí para el Marqués de Comillas.

Un auténtico viaje en el tiempo que nos muestra cómo lo esencial no cambia y cómo los más sencillo también puede llegar a ser una obra de arte. Un fascinante recorrido por la evolución de esta pieza que nos ha acompañado a lo largo de cientos de años y de cómo ha ido cambiando y adaptándose a las necesidades de las personas de cada época.

En la antigüedad fue oblongo,  después escafoide, luego cilíndrico y los más desde el siglo XVIII globulosos. Los Griegos lo llamaron “amigo” y los Romanos “matula” o “metella”, siendo normalmente de bronce. En el siglo I d.C. los más refinados los usaban de plata y oro.

Pero también forman parte de la colección numerosas escupideras, también conocidas como salivaderas, fabricadas en distintos materiales como cerámica, hojalata, hierro, metal o cristal. Siendo usadas en los bares para escupir el vino y el tabaco y evitar, de este modo, ensuciar el suelo lo menos posible.

  • Oct
  • 15
  • 2019

Arte Urbano en Garcibuey: el pueblo que adora los graffitis

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Arte Urbano en Garcibuey: el pueblo que adora los graffitis

Desde mayo de 2019, el pueblo serrano de Garcibuey exhibe orgullosa grandes murales en fachadas y rincones gracias a la inciativa «Graffitibuey», el I Certamen de Pintura en el Medio Rural. Un proyecto de dinamización que nace como resultado de la colaboración del ayuntamiento de Garcibuey con la Diputación de Salamanca, el grupo de acción local Adriss, vecinos y empresas.

Una apuesta muy original que, bajo el lema «Hay fututo», tiene por objetivo  luchar contra el proceso de despoblación de la zona. Ideada y organizada por un hijo y vecino de Garcibuey, Miguel Martín Andrés. Pero toda la localidad se ha volcado en ella para dar futuro a la localidad. Un tipo de iniciativa cada vez más frecuente en municipios de todo el mundo, donde el arte urbano se incorpora a las calles con la finalidad de impulsar el sector turístico.

Un evento en el que han participado artistas tanto del propio territorio español como de otros países del mundo, como Francia, Alemania, Chile o Reino Unido. Embelleciendo así las fachadas de edificios públicos y privados de este pequeño pueblo de apenas 180 habitantes que espera convertirse en un nuevo atractivo turístico de la Sierra de Francia.

Los 16 artistas, que han pintado 17 murales, han dejado su impronta en la localidad a través de composiciones relacionadas con la región, como la naturaleza, las costumbres, la artesanía y la gastronomía, desde representaciones de animales y árboles hasta retratos, pasando por motivos culturales y bordados serranos como «La pájara y el dragón». El más grande, que se compone de una gallina y que aparece en el cartel oficial, tiene 200 metros cuadrados.

Las 17 intervenciones que se han llevado a cabo en fachadas del municipio han formado parte de la primera fase, ya que tendrá continuidad en el año 2020 con una segunda fase. “Ya hay artistas para el año que viene, puesto que hemos tenido que hacer una selección porque podíamos haber pintado cuatro veces el pueblo con las propuestas que nos han llegado”, ha explicado Miguel Martín Andrés.

La idea es convertir a Garcibuey en un espacio sonde convivan al mismo tiempo el arte contemporáneo al aire libre y la cultura tradicional, complementando así la oferta turística de la comarca y dando un nuevo aire de esperanza para el crecimiento de la localidad. Una buena idea para disfrutar de un programa cultural paralelo y, al mismo tiempo, favorecer la oferta turística de la Sierra de Francia. Un atractivo distinto pero perfectamente complementario a los que ya ofrece la comarca.

“Tenemos mucho conjunto histórico alrededor pero a Garcibuey nadie entra y lo que queremos es que a partir de ahora la gente que esté visitando la zona si quiere ver un graffiti de calidad tenga que venir al pueblo”, asegura Miguel Martín.

Pero además, la iniciativa pretende también crear nuevos escenarios de diálogo y convivencia con el arte en el medio rural, estimulando el intercambio y la creación en torno a las artes pictóricas, fomentar la cultura del municipio y mejorar el casco urbano gracias a estas obras de arte. Pero siempre respetando e integrando en el proyecto la arquitectura tradicional serrana.

Gracias a ello, se podría crear un nuevo foco turístico que haría posible la creación de empleo a través de la comercialización y la promoción de los productos artesanales y agroalimentarios de la zona.

El I Certamen Graffitybuey ha sido todo un éxito. Tratándose de un municipio despoblado con tan solo 6 niños en el colegio, iniciativas como esta están logrando que en las calles del pueblo se vea movimiento, produciéndose una gran interacción entre vecinos y artistas.

Con este certamen se amplía la oferta turística, tanto de la comarca como de la Ruta del Vino Sierra de Francia, ofreciendo ahora un espacio de arte contemporáneo al aire libre que confiere un nuevo atractivo a la localidad.

  • Oct
  • 08
  • 2019

Noche de las Almas Blancas en Mogarraz

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Noche de las Almas Blancas en Mogarraz

Entre exuberantes bosques de robles, se erige la preciosa villa de Mogarraz, uno de los pueblos de la Sierra de Francia que mejor ha sabido conservar sus costumbres y tradiciones. Declarada Conjunto Histórico, su casco antiguo destaca por sus estrechas callejuelas empedradas, flanqueadas por casas de arquitectura popular con entramados de madera y originales dinteles, muchos de ellos grabados con alusiones religiosas.

Paseando por sus calles, podrás escuchar el rumor cercano de alguna fuente o la embriagadora fragancia de las bodegas caseras, cruzar misteriosos pasadizos y descubrir insólitos escudos de antiguas familias nobiliarias o de la temida Inquisición.

En este lugar, cada 1 no noviembre tiene lugar la Noche de las Almas Blancas, que se celebra al caer la noche. Una ocasión única para admirar una de las tradiciones más arraigadas de Mogarraz y de toda la Sierra de Francia, sobre todo desde la vertiente más espiritual, pero siempre artística y plástica, pues conocida es la estrecha relación que mantiene la localidad con el Arte y la Cultura, como la archiconocida instalación pictórica del artista mogarreño y universal Florencio Maíllo.

Una tradición perdida que se retomó hace unos años y en la que se implican todos los vecinos del pueblo, sobre todo los niños que son los que disponen los que colocan los pequeños cirios blancos por todas las calles del pueblo. Repitiéndose desde al año 2011, siempre en la noche del 1 al 2 de noviembre, en la Noche de Todos los Santos, cuando el silencio del recorrido se mezcla con las campanas y los rezos para aquellas personas que ya no están entre nosotros. Un ambiente íntimo rodeado de miles de velas que guían los pasos y las plegarias de la comitiva.

Una noche en la que sus calles se iluminan del titilitante resplandor de cientos de velas que simbolizan las almas y que se colocan prácticamente a ras del suelo en todas las puertas, rincones y escaleras, envolviendo todo el pueblo es un ambiente ancestral, casi mágico. Una celebración que se vive con muchos sentimientos y emoción.

La procesión comienza  a las 8 de la tarde en la plaza del Solano con el primero de los rezos de la «Moza de Ánimas». Luego continúa por el Humilladero y por las calles del pueblos, acompañando las plegarias cantadas. Con la «Moza de Ánimas» siempre a la cabeza, ataviada con antiguas mantillas negras, saya, blusa y mantón también negros. Vestida de rigoroso luto, tapada con un velo negro sobre su rostro y llevando su esquila en la mano. Deteniéndose en cada esquina del bello pueblo para entonar su salmodia en las esquinas más pintorescas de este Conjunto Histórico Artístico.

Para esta celebración, muchos mogarreños llevan sus tradicionales capas negras y van a buscar a las «Mozas de Ánimas», que salen entonces a la calle a lanzar sus rezos por las almas de los que padecen a la esperar en el purgatorio y sus «mandas», es decir, lo encargos que reciben de sus familiares y amistades.

Un singular cortejo recorre las calles del pueblo, vestidos con capas, mientras los vecinos van acompañando con sus velas y candiles, y con el tañido de las campanas de fondo a las Mozas de Ánimas. La luz es considerada como un elemento purificador que conecta con lo divino. Por esta razón, todas las calles se inundan con candelas blancas, como símbolo de las almas de los difuntos.

Papel muy importante de esta procesión, lo tiene el antropólogo Antonio Cea, que actúa como ‘maestro de ceremonias’. Siendo uno de los precursores del resurgir de este rito en Mogarraz, quien declama y entona canciones de tipo religioso popular.

Después se lleva a cabo una actuación teatral como colofón y el Ayuntamiento obsequia a los asistentes con una «calbochada» y aguardiente. Tanto a los propios vecinos del pueblo como a los numerosos visitantes que cada año llegan al pueblo en estas fechas para seguir y participar en este ancestral rito.

Además, durante toda la noche no dejan de sonar las campanas y todos aquellos que quieran subir a tocarlas por sus familiares y amigos fallecidos pueden hacerlo.