A medio camino entre el mundo mediterráneo y el mundo atlántico, y en plena ruta de los movimientos migratorios de millones de aves, Salamanca es un lugar privilegiado para el disfrute del turismo ornitológico. Un destino ideal para los aficionados a la observación de aves. Su ubicación estratégica la convierte en uno de los mejores lugares de todo el país para esta actividad por su gran variedad de hábitats.
Desde las elevadas montañas de la Sierra de Béjar a los campos cerealistas del noreste, las famosas dehesas o los impresionantes cañones fluviales de más de 100 km de altura de las Arribes del Duero, pasando por las sierras medias de la Sierra de Francia, Gata o Quilamas, encontramos más de 300 especies de aves distintas a lo largo de todo el año.
Son numerosas las rutas ornitológicas de las que podrás disfrutar en la región, ubicadas en diferentes partes de la provincia y en distintos pueblos. Las mejores horas para hacerlo es al amanecer y al atardecer, cuando las aves estás más activas. Además, no es conveniente hacerlo en als horas centrals, sobre todo en verano, ya que es cuando hace más calor. Además, es importante que no se ocasionen molestias a las aves y que no te acerques a los nidos en época de reproducción.
Los meses de junio, julio y agosto son los de mayor turismo en toda España, ya que es cuando la muchas familias tienen tiempo para tomarse unas vacaciones. Los destinos de sol y playa suelen ser muy populares, pero también hay a quienes les gusta disfrutar de las zonas de interior en esta época en la que hay menos gente. Sin embargo, esto quiere decir que no podamos disfrutar de un refrescante baño para aliviarnos del calor.
Si estás pensando en pasar unos días en Hotel Regio (Salamanca), debes saber que en Bermellar, en pleno corazón del Parque Natural de las Arribes del Duero,existe una ruta que descubre al visitante bellos paisajes, zonas de baño y recreo, y piscinas naturales. Un trayecto perfecto tanto para parejas que quieren disfrutar de una escapada diferente como para familias con niños y grupos de amigos. Cascadas, playas salvajes, pozas naturales e impresionantes cañones son sólo algunas de las maravillas naturales que podrás contemplar y disfrutar a lo largo de esta ruta. Puedes recorrerla entera o quedarte en el sitio que más te guste.
Uno de los mayores tesoros de la
provincia de Salamanca se encuentra en su variedad de comarcas, con paisajes,
arte y gastronomía que diferencian a unas de otras. Lo que hace esta región
única en España. Rutas en bici, senderismo, paseos en barco, cañones,
miradores, ruta del mudéjar, visita a los castros, recorrido por las catedrales
de La Armuña o una visita a los jardines históricos de la provincia forman
parte de este recorrido que hoy queremos acercaros.
De hecho, conocer las formas de
vida de sus gentes, disfrutar de sus paisajes y admirar sus tesoros artísticos
es, sin duda, una de las maneras más auténticas de conocer la provincia. De
corto, mediano o largo recorrido, las rutas puestas en marcha por la Diputación
en los lugares más representativos de la provincia son una forma distinta de
conectar con el paisaje y de disfrutar a cada paso de los caprichos de la
naturaleza.
Los Senderos de Frontera son cuatro rutas de 30 km de longitud que tienen como punto de partida a comarca de Vitigudino. Todos ellos con atractivos muy interesantes desde el punto de vista cultural, etnográfico y medioambiental. Ideal para disfrutar en familia de los bellos rincones del Parque Natural de Arribes del Duero. Una enorme ventana al río Duero que permiten conocer sin prisas el sur de la comarca de Las Arribes, recorriendo os increíbles parajes y los encantadores pueblos de la zona.
Sendero del Aceite
Este sendero discurre entre
campos de olivos y almendros, permitiendo disfrutar del precioso paisaje que hay
entre San Felices de los Gallegos y Ahigal de los Aceiteros. Un paisaje
modelado por el aceite de oliva, por su cultura y por las huellas que ha dejado
en los habitantes de estos pueblos.
Una ruta circular de unos 11,5 km que puede
hacerse incluso con niños, ya que no entraña ninguna dificultad. Y es que
transcurre por senderos suaves sin apenas pendientes. Molinos centenarios,
fuentes de piedra medievales, encantadores puentes, el Museo del Lagar del Mudo
y la Almazara de Ahigal de los Aceiteros son sólo algunos de los puntos más
atractivos que podrás ver a lo largo del recorrido.
Sendero de los Frutos
Otra de las rutas que hacen las
delicias de aquellos que disfrutan del contacto con la naturaleza más salvaje y
admirando la flora y fauna. Podrás contemplar el vuelo de aves como el águila
perdicera, el buitre leonado o el alimoche y las increíbles Arribes del río
Águeda a su paso por Ahigal de los Aceiteros, en sus 9 km. Desde Ahigal hasta
el paraje de La Carrasquera, un camino de ida y vuelta fácil de caminar que
discurre entre cortinas y cotos dedicados a los cultivos tradicionales y al
pastoreo, hasta las proximidades del valle abrigado del río Águeda.
Un sendero que ha sido diseñado
para disfrutar y comprender el espacio natural como una pequeña síntesis del
paisaje arribereño. A lo largo del camino podrás descubrir los cultivos y
frutos silvestres que han sido y siguen siendo la esencia de la vida de este
territorio, junto con la labor del hombre para convertir el agreste paisaje en
terreno humanizado y fértil.
El Sendero de las Piedras Mágicas
En el entorno de la localidad de
La Redonda se encuentra el tercero de los Senderos de Frontera. Una ruta circular
de 9 km que discurre por los alrededores de la localidad de La Redonda, donde
podrás disfrutar de un paisaje sencillo, pero de una belleza única a la que la
imaginación del hombre, la historia y la tradición popular han añadido un guiño
de misterio y ciertas dosis de efectos mágicos.
Pero también podrás disfrutar de
un rico patrimonio arquitectónico compuesto por una colección de piedras
milenaria, ungidas por el tiempo y las propiedades que el hombre les ha
concedido, como el dolmen de los Pedazos de la Mata, los restos de una calzada
romana, puentes, pontones, lanchas, fuentes y enterramientos. Pero también de
otros lugares que conservan el recuerdo de la vida cotidiana, como el lavadero
y el chozo de las lavanderas.
Sendero de La Barca
Por último, el Sendero de La
Barca ofrece un itinerario circular de unos 5 km aproximadamente que discurre
por el entorno de Vilvestre, deleitando a los senderistas con algunas de las
panorámicas más espectaculares de Las Arribes del Duero y de toda la provincia
de Salamanca. Lleno de subidas y bajadas que obligan al caminante a hacer
algunos pequeños esfuerzos que se ven recompensados por la impresionante
belleza del paisaje y por la historia del camino.
El camino, que discurre entre
huertas y cortinas, recorre algunos de los senderos usados en la antigüedad por
carreteros y arrieros, negociantes y contrabandistas que llevaban sus
mercancías hasta Portugal, cruzando la frontera fluvial entre ambos países. Y
que también transportaron ideas, lenguajes y esperanzas.
El senderismo es una de las actividades más populares entre los
viajeros que visitan los parajes naturales de Salamanca. Una actividad que
afecta a un amplio segmento de la población, como grupos de amigos, familias
con niños, jóvenes o senior. En la provincia existen interesantes rutas que
unen el senderismo con la micología dada la gran variedad de hongos que pueden
encontrarse en la zona. Muchos de ellos aún por descubrir. Los hongos
comestibles representan uno de los productos más apreciados en la gastronomía
de la región, siendo uno de los mayores recursos turísticos que está
potenciando la Diputación Provincial.
Recientemente se ha abierto al
público la ruta micológica entre las
poblaciones de Montemayor del Río y El Cerro, un precioso sendero circular
que discurre entre castaños y robles, en plena Sierra de Béjar. Un camino bien
señalizado de unos 9 km aproximadamente que puede recorrerse sin mucho
esfuerzo, ya que solamente cuenta con un desnivel de 400 metros. El grado de
dificultad es medio y puede recorrerse en unas tres horas aproximadamente.
Con este itinerario da comienzo
la marca «Senderos Micológicos
Salmantinos», que tendrá continuidad con otros tresque se crearán en las zonas
turístico-micológicas de la Sierra de Francia, Quilamas y El Rebollar. Todos ellos
tienen en común la resaltación de los recursos naturales más identificativos de
la zona, impulsar el senderismo y favorecer el desarrollo local.
Gracias a ello, los aficionados a
la recogida de setas no solamente pueden descubrir cosas relacionadas con la
micología, sino también conocer espacios y poblaciones menos conocidos de la
provincia, pero que poseen recursos turísticos de gran atractivo. Una zona que
enamora por la autenticidad y por la exuberancia de sus bosques.
Esta ruta micológica por las Sierras de Salamanca acerca al turista al
fascinante Reino de los Hongos. A lo largo del recorrido, podrás aprender
muchas cosas sobre estos seres indispensables para nuestro planeta. Un universo
repleto de texturas, colores, sabores y olores deliciosos.
En el primer tramo, que va desde Montemayor por la Cañada Real Soriana
Occidental y de la Plata se concentra el sendero interpretativo de los
Hongos, que dispone de siete paneles sobre el tema micológico.
En El Cerro, el protagonista es el castaño, encontrando otros cuatro
paneles explicativos sobre ello. Los bosques de castaños sirven de materia
prima para la actividad artesanal más representativa de este territorio: la
cestería y otro de sus atractivos para los visitantes. Algunos de estos árboles
son de los más antiguos que pueden encontrarse en la provincia de Salamanca,
llegando en algunos casos a alcanzar los 1.000 años de edad.
En los alrededores de la localidad, en las cercanías del venerable Roble Jerreño,
se localiza el mirador de los senderos micológicos, desde donde es posible
disfrutar de una magnífica panorámica a más de 1.000 metros de altitud de las
sierras del sur de la provincia de Salamanca, que llegan hasta la misma
frontera con Portugal. Pero también merece la pena hacer una visita a las
encantadoras poblaciones de Montemayor y El Cerro, donde además de admirar sus
edificios de arquitectura tradicional, podrás aprovechar para reponer fuerzas
mientras te deleitas con los manjares de la gastronomía local.
Hasta no hace muchos años, la
recogida de setas era una actividad limitada a los habitantes de los pueblos
rurales de la zona en sus salidas al campo, mientras paseaban por los senderos
otoñales y los bosques. En la actualidad, esta bucólica experiencia puede ser
vivida por cualquier urbanita que se precie. Lo único que se necesita es llevar calzado y ropa cómoda, una
navaja y una cesta de mimbre. Eso sí, en algunas zonas es necesario pagar una
pequeña tarifa para obtener el permiso de recolección de setas.
Además, si no tienes
conocimientos en micología, es
recomendable que vayas con un guía que te indique qué setas u hongos son
comestibles y cómo cortarlos para que vuelvan a crecer al año siguiente.
Obviamente, algunos hongos son tóxicos, pero tomando cierta preocupaciones, la
recogida de setas puede ser una de las actividades más bellas y relajantes que
se pueden hacer en otoño.
Por otro lado, debes saber que
durante el mes de noviembre se organizan en los municipios del Oeste Salmantino
las Jornadas Gastronómicas – Micológicas para
dar a conocer la gastronomía típica de la zona a base setas y hongos. Un
producto muy valorado por los chefs más célebres del país. Siendo especialmente
apreciados los buscadísimos «boletos» o, como los
llaman en la sierra, «seta de roble» y «seta de castaño»
(Boletus edulis y Boletus pinophilus), también presentes en pinares. Son
muchos los restaurantes y establecimientos que se adhieren a esta iniciativa y
donde podrás disfrutar de este delicioso manjar.